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Entrevista

Saénz de Miera: «Las renovables son la mejor solución para combatir la crisis climática y también la energética»

Estas energías son la principal opción y la más económica para reducir las emisiones, según el último informe del IPCC

Gonzalo Saenz de Miera, director de Cambio Climático y Alianzas de Iberdrola y vicepresidente del Corporate Leaders Group
Gonzalo Saenz de Miera, director de Cambio Climático y Alianzas de Iberdrola y vicepresidente del Corporate Leaders GroupLa RazónLa Razón

En las últimas semanas han coincidido dos hechos relevantes en el sector energético. Por un lado, se ha publicado el informe del IPCC, el panel intergubernamental de expertos de cambio climático de la ONU, que urge a dejar de consumir combustibles fósiles. Por otro, la guerra de Ucrania ha roto el mercado del gas, cuyos elevados precios han contagiado a la electricidad. Entrevistamos a Gonzalo Sáenz de Miera, director de Cambio Climático y Alianzas de Iberdrola y vicepresidente del Corporate Leaders Group.

¿Qué opinión le generan las últimas conclusiones del informe del IPCC?

Lo que dice, de forma resumida, es que hay que actuar ya y de forma drástica, y que las renovables y la electrificación son las principales opciones y las más económicas para reducir las emisiones. Que hay que alcanzar el pico de emisiones antes de 2025. España es uno de los países del mundo con mejores recursos renovables, lo que nos dará energía más barata, más limpia y con enormes ventajas en términos de seguridad energética y, por supuesto, ambiental y de lucha contra el cambio climático.

¿Qué es y qué hace el Corporate Leaders Group del que es vicepresidente?

El CLG es una alianza muy amplia de empresas europeas que defienden el crecimiento verde y, en particular, la descarbonización del modelo energético; no solo como una oportunidad para hacer frente al cambio climático, para mejorar la seguridad de suministro y reducir la dependencia energética exterior, sino como la mejor vía para conseguir una energía más barata. De este modo las economías pueden crecer de manera robusta y sostenible en el tiempo. No hay economía sostenible sin un medio ambiente sostenible.

¿Cómo se puede acelerar el desarrollo de las energías renovables en España?

Todos tenemos que hacerlo mejor: las empresas debemos invertir asegurando la integración ambiental de los proyectos, la mejora de la biodiversidad y la contribución al desarrollo local; con el apoyo de las ONGs y medios haciendo pedagogía; mostrando, de forma clara y entendible, las implicaciones que supone un cambio de modelo de fósiles a renovables, con beneficios en términos económicos, sociales y ambientales.

Las administraciones acelerando la tramitación de los proyectos, por supuesto, manteniendo la integridad ambiental de los mismos. Para que nos hagamos una idea, un parque fotovoltaico que se puede construir en 8 meses, pero tarda varios años en tramitaciones administrativas. También hay que asegurar una estabilidad regulatoria que dé señales adecuadas a la inversión en renovables, asegurando inversiones en energías no contaminantes.

¿Por qué apostó Iberdrola por las renovables hace 20 años?

Hace 20 años ya empezaba a estar claro que el cambio climático iba a ser el principal reto al que debía enfrentarse la sociedad y que la solución pasaba por la descarbonización del sector energético. Apostamos por las renovables y cerramos todas nuestras centrales de carbón, en contra de las opiniones de otras empresas del sector. También invertimos mucho en redes inteligentes para integrar las renovables y mejorar la participación del consumidor.

¿Y cuál es su visión ahora?

Hasta ahora nos hemos concentrado en descarbonizar el sector eléctrico con renovables (eólica, fotovoltaica, ahora offshore…) pero vemos que es posible acelerarlo por la revolución tecnológica que han experimentado las energías limpias; no sólo las renovables en el sector eléctrico, también las baterías para los vehículos, las bombas de calor para calefacción y el hidrógeno verde como producto químico o calor de alta temperatura en la industria.

Sin perder de vista esto, nos estamos focalizando en descarbonizar los usos finales de la energía; sustituir combustibles fósiles en otros usos energéticos, como el petróleo en el transporte o el gas en los edificios y la industria. El objetivo es electrificar más rápidamente, con energía renovable y económica; anticipar la descarbonización de sectores que hoy se consideran difíciles de descarbonizar con electricidad renovable y redes eléctricas inteligentes.

¿Cuál es la visión de la situación energética europea en el contexto actual?

La guerra de Ucrania ha puesto de manifiesto de manera dramática el riesgo que supone la dependencia energética exterior, es decir, de que la energía que alimenta nuestra economía dependa de lo que decidan otros y de sus intereses.

¿Qué puede hacer Europa en la situación actual?

En el corto plazo hay que diversificar los suministros de otros países, especialmente, reducir nuestra dependencia del gas ruso, y, en segundo lugar, intentar reducir al máximo el consumo de gas mediante medidas de ahorro energético, sustitución de calderas de gas por bombas de calor, rehabilitación energética de viviendas, etcétera.

En el medio plazo, la única vía es acerar la transición energética, ya lo dice el IPCC y la Comisión Europea, a través de la eficiencia energética y la sustitución del gas natural por energías renovables. En Europa ya teníamos una estrategia de descarbonización y crecimiento económico verde (no solo por temas ambientales, también por seguridad energética, desarrollo industrial, reducción de costes energéticos, empleo…); Europa la aceleró tras la pandemia con los fondos de recuperación y ahora hay que acelerarla todavía más para mejorar nuestra seguridad energética.

¿Cómo afectará el conflicto de Ucrania a las políticas climáticas?

Las emisiones de gases de efecto invernadero se pueden incrementar porque hay países que, por ejemplo, están produciendo más con carbón por los altos costes del gas. A medio plazo, va a suponer una aceleración de las políticas climáticas porque las medidas para hacer frente a la crisis climática y a la de seguridad energética son las mismas: renovables, eficiencia energética y electrificación; una economía que lucha contra el cambio climático es una economía más segura también desde el punto de vista geoestratégico.

En relación con las renovables, lo que se ve es que, si hace unos meses nos estábamos planteando el objetivo de un sistema eléctrico basado en renovables en la década de 2040, el objetivo que nos planteamos ahora es alcanzar ese sistema energético, no solo eléctrico, ya que incluye al transporte y a la industria, basado en renovables en la década de 2030, es decir, adelantar los objetivos, que ya eran ambiciosos, 10 años.

¿Y qué debe hacer España?

Hay que acelerar una transición que va a tener enormes beneficios para nuestro país. Va a llevar a menores costes energéticos, gracias a la revolución tecnológica de las energías limpias; y si esto es bueno para el conjunto de la Unión Europea, es especialmente bueno para España dado que tenemos mejores recursos renovables, lo que nos va a permitir tener una energía más segura y más barata, y mejorar la competitividad de nuestra industria.

Va a contribuir al crecimiento económico y a la generación de empleo de calidad ya que supone pasar de un modelo económico basado en el gasto e importaciones a un modelo basado en inversión en nuestro país. España se gasta al año 30.000 millones de euros en importaciones de combustibles fósiles, ahora mucho más; es dinero que sale de nuestra economía para enriquecer a los países exportadores de petróleo y de gas.

Con las energías renovables, ese dinero se quedaría en nuestro país para generar más y mejor economía. Supondrá además enormes oportunidades industriales antes las que las empresas españolas estamos inicialmente bien posicionadas. Y, por supuesto, menor impacto del cambio climático, más calidad del aire y más salud.