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Economía circular

Algas, cáñamo o paja: así se envasarán los alimentos en el futuro (sin plástico)

Las primeras pruebas del sector muestran que las algas marinas podrían ser ideales para sustituir al plástico en las bandejas de los productos de la huerta gracias a su resistencia al agua

Bandeja de alimentos creada a partir de algas marinas.
Bandeja de alimentos creada a partir de algas marinasFuturalga

¿Podría imaginar que una botella de agua se descomponga después de ser usada? ¿Y envases de alimentos hechos con algas marinas? Pues ya no son fantasías: los primeros ejemplos de embalaje y envasado sostenible ya son una realidad que se ensaya en España. El futuro pasa por reducir el consumo de plástico y el packaging fabricado a base de derivados del petróleo. Por eso, el sector del envasado lleva años probando materiales revolucionarios que cumplan con el requisito de ser biodegradables o reutilizables, con el objetivo de reducir la extracción de nuevos materiales y ayudar en el cuidado del medioambiente.

Un trabajo de experimentación y desarrollo que da sus primeros frutos. Por ejemplo, a través del primer prototipo de bandeja para la venta de productos de la huerta fabricada a partir de algas asiáticas, una especie invasora que está asolando las costas gaditanas. «Convertir un problema que inunda nuestro litoral en una solución sostenible» ha sido el objetivo de un equipo de investigadores de la Universidad Universidad de Cádiz, en colaboración con la empresa Futuralga.

De la unión de ambas instituciones ha nacido AlgaEcopack, un recipiente biodegradable que utilizará la Cooperativa Agrícola Nuestra Señoras de las Virtudes, de Conil de la Frontera, en sus alimentos. Previsto para salir al mercado en abril de 2024, este hito evitará que se utilicen hasta 1 millón y medio de bandejas de plástico un solo uso al año. Además, retirarán de las playas de Cádiz estos organismos, que están mermando la población de coral autóctona y dificultando la pesca.

Las algas marinas parecen un material popular en envasado. Y es que las primeras pruebas del sector muestran que podrían ser la mejor opción para sustituir al plástico y los materiales derivados del petróleo (utilizados hasta ahora para proteger muchos productos de alimentación) gracias a su natural resistencia al agua.

Fue DS Smith –compañía líder del mundo en packaging sostenible–, junto a diversos laboratorios de prestigio y empresas de biotecnología de todo el mundo, quien llevó a cabo los primeros ensayos del sector que exploraron las propiedades de la paja y de las algas marinas como materias primas para sustituir la madera dura y blanda reciclada. En la actualidad, estudian el uso de fibras de alga en envases de cartón, envoltorios de papel y bandejas de cartón.

El mismo laboratorio investiga también nuevos materiales para el proceso de fabricación de papel y soluciones de packaging, que incluyen otros elementos como la paja, las plantas de margarita, el cáñamo o las cáscaras de cacao. Un plan de I+D+i valorado en 117 millones de euros con los que se pretende estudiar el perfil medioambiental de estos componentes, hallar las fibras alternativas del futuro y comprobar su capacidad para sustituir al plástico.

Las margaritas, por su contenido en fibra, tienen potencial para ser transformadas en papel. En cuanto a las cáscaras de cacao, se cree que pueden ser ideales para fabricar el cartón de los envases de chocolate. Por su parte, el estudio de residuos agrícolas en forma de paja y plantas como el cáñamo o el miscanto ha revelado que, en algunos casos, podría requerir mucha menos energía y agua para su producción y transformación que la que se destina a algunas materias utilizadas tradicionalmente para la fabricación de papel.

Envases de tela de araña

En la búsqueda de alternativas al plástico, se ha descubierto que la tela de araña podría ser una opción ecológica más a valorar. De hecho, mezclada con fibras de madera (pulpa de abedul), resulta en un nuevo material completamente biodegradable y libre de petróleo que supera en dureza y resistencia a la mayoría de materiales sintéticos y naturales del mercado. ¿Su punto fuerte? Como la seda de araña, es capaz de estirarse sin romperse

El trabajo ha sido desarrollado por un equipo de investigación de la Universidad de Aalto y el Centro de Investigación Técnica, ambos en Finlandia, y publicado en la revista Science Advances. El único obstáculo de estos «nuevos materiales» suele residir en su habilidad de replicación. Los costes suelen exceder a los del plástico o la madera. En este caso, con el fin de producir «telas de araña» a escala comercial, los investigadores copiaron la estructura del ADN de las arañas para fabricar un material químicamente similar. Los finlandeses aseguran que es totalmente biodegradable y que no contiene petróleo.

Ahora, planean fabricar con este material artículos como implantes, tejidos o envases. El futuro de los materiales es cada vez más presente y necesario, en un mundo donde 8 millones de toneladas de residuos de plástico llegan a los mares del mundo cada año.