SUV
La realidad del mercado es que la demanda se viene inclinando, ya desde hace muchos años, por los todocamino, también conocidos como SUV. Los grandes espacios interiores que ofrecen este tipo de carrocerías, además de la mayor altura al suelo y la posibilidad de abordar caminos fuera del asfalto hacen que casi la mitad de los clientes de coches nuevos se inclinen por las carrocerías SUV. Y en este apartado, Opel ofrece varias alternativas en función del tamaño que necesite el comprador. De esta forma, tras la renovación de sus hermanos más pequeños, el Crossland y el Mokka, le ha llegado el turno al Grandland. Este modelo, nacido hace cinco años y cuya actualización ya está disponible en los concesionarios de la marca a partir de 23.600 euros según la versión elegida, presenta ahora una estética más actual, un interior más confortable y las últimas tecnologías en el campo de las motorizaciones, con una muy eficaz versión híbrida enchufable que, como todos los PHEV, disfruta de la etiqueta Cero y se beneficia de las ventajas de esta categoría.
En la nueva imagen del Grandland destaca sobre todo su frontal, mucho más estilizado y atractivo, con una parrilla frontal formada por una delgada pieza de material composite y pintada en un llamativo color negro brillante. Un diseño muy moderno que se complementa con unos faros estrecho y estilizados con tecnología LED y 168 diodos, además de una entrada de aire muy delgada en la parte baja que ha hecho modificar asimismo los parachoques. Unos detalles de diseño que hacen que la versión actual parezca más ancha y aerodinámica, aunque las dimensiones son muy similares. Concretamente mide 4,47 metros de largo por 1,90 de ancho y 1,60 de alto. En la zona posterior observamos también cambios en los faros y en el gran portón posterior que da acceso a un maletero que es uno de los más grandes de su categoría: 514 litros de carga que se pueden ampliar hasta los 1.528 si abatimos la fila de asientos traseros. Aunque es cierto que este volumen de carga se ve disminuido en casi un diez por ciento en el caso de las versiones PHEV por culpa del espacio reservado al alojamiento de las baterías.
Los cambios de la nueva versión se extienden asimismo al interior, que ha sido totalmente renovado, no solo en el diseño del conjunto sino en la calidad de los materiales y la calidad percibida. El conductor se encuentra ante sus ojos con dos grandes pantallas de fácil lectura de hasta 12 pulgadas que le proporcionan toda la información no sólo acerca del funcionamiento de la parte mecánica, sino también de todos los apartados de infroentretenimiento de acción digital y que, al estar en el centro, puede ser accionada por el pasajero. Se incluye asimismo una bandeja para la carga inalámbrica de los móviles. En cuanto a la habitabilidad interior, el espacio de los asientos posteriores es más que suficiente para que puedan viajar holgadamente cinco personas adultas.
Como todos los coches de última generación, el nuevo Grandland viene equipado con todas las ayudas a la conducción más habituales como frenada de emergencia, cambio de carril, cámara de visión trasera, control de crucero adaptativo, función “stop&go”…. además de un sistema de visión nocturna con el que, gracias a una cámara de infrarrojos instalada en el frontal, es capaz de detectar por la noche, a una distancia de cien metros, a peatones o ciclistas y su imagen aparece reflejada en la pantalla. El fabricante ofrece tres tipos de terminaciones: Bussines, GT Line y Ultimate, según el nivel de equipamiento que necesite el cliente.
Por lo que se refiere a la mecánica, bajo el capot delantero podemos encontrar motores solo de combustión interna o combinados con eléctricos para conseguir versiones híbridas enchufables. En el primer caso, podemos elegir entre bloques de gasolina o diésel, en ambos casos con una potencia de 130 caballos. En cambio, los híbridos enchufables, ayudados por la mecánica eléctrica, elevan la potencia final hasta los 225 o los 300 caballos. Se consigue gracias a la acción de un motor gasolina de 1,6 litros alimentado por un turbocompresor al que se suma otro motor eléctrico de 81kw, equivalente a cien caballos. En ambos casos se complementa con una caja de cambios automática y, en la opción más potente se incluye la tracción integral. El conductor podrá elegir entre tres tipos de comportamiento: hybrid, electric o sport y, en esta última, las prestaciones son muy buenas, con una velocidad punta de hasta 225 por hora y buenas aceleraciones en salidas de curva. Claro que las versiones PHEV elevan su precio en unos diez mil euros respecto a las de motor térmico.
En modo eléctrico puede llegar a circular un máximo de 64 kilómetros y admite una velocidad máxima de 135 por hora. Por lo que se refiere al tiempo de recarga, se puede calcular unas nueve horas en un enchufe doméstico, que pueden reducirse a la mitad si instalamos un wallbox. En un cargador profesional el tiempo puede reducirse a poco más de un par de horas.