La impresión en 3D marca el futuro en la construcción de la Región de Murcia

La incorporación de materiales impresos mediante tecnología 3D es un recurso cada vez utilizado y son muchos los sectores que introducen nuevas fórmulas personalizadas digitalmente a su desarrollo productivo. Por ejemplo, en la industria aeroespacial, la automoción o la ingeniería electrónica es común el uso de materiales impresos en tres dimensiones con el objetivo de incorporar nuevos diseños a sus necesidades. Por ello, no es de extrañar que otro de los ámbitos en los que comienza a ser decisiva esta tecnología es en la construcción y, de hecho, el uso de materiales creados digitalmente e impresos en 3D es ya una realidad, porque permite diseñar estructuras o formas específicas que, con materiales como el ladrillo, son más complejas de conseguir.

La impresión 3D permite crear moldes, piezas y maquetas que, aunque por el momento no se están utilizando dichos métodos para elaborar materiales estructurales en los edificios, como pueden ser los pilares, sí que comienza a ser un recurso utilizado para ámbitos en los que se busca una simbiosis entre el precio y la estética, y son ya algunas administraciones las que buscan incorporar la tecnología 3D al entorno urbano con elementos ornamentales como maceteros o bancos, donde no es necesario un forjado que resista grandes cargas.

Así lo explica Jorge Martínez, jefe del Departamento de Desarrollo de Negocio y Comunicación del Centro Tecnológico de la Construcción (CTCON) situado en Molina de Segura, que se ha convertido en un centro pionero en el estudio y desarrollo de esta tecnología para el ámbito de la construcción.

«La ventaja de la impresión 3D es el diseño, ya que te permite realizar con un programa informático las formas que quieres. Cada vez este tipo de tecnologías interesa más. En los últimos dos o tres años, se ha incrementado el desarrollo tecnológico de estos materiales».

De la misma manera, otro de los atributos que destacan desde el CTCON es la reducción de costos y plazos de entrega ya que, además, permite minimizar el desperdicio de material y la necesidad de transporte de componentes prefabricados, con lo que supone un mayor compromiso también en materia de sostenibilidad. «La impresión 3D de hormigón se está convirtiendo en una herramienta esencial en la industria de la construcción moderna».

En cuanto a los materiales empleados para esta técnica, Martínez detalla que se emplea el mortero, es decir, un compuesto elaborado con cemento y arena, que se convierte en un material «más resistente que el cemento, pero no tanto como lo es el hormigón», ya que este último está compuesto de piedras más gruesas y su uso se emplea para la construcción de edificios y pilares que deben soportar mayor carga.

No obstante, el CTCON trabaja con una «gran versatilidad» de materiales «que permite abordar una amplia variedad de proyectos en múltiples industrias, y llevar a cabo trabajos en función de las necesidades específicas, así como ofrecer soluciones personalizadas que van desde la creación de prototipos funcionales hasta la producción de objetos finales».

Martínez, además, detalla que este campo de investigación sigue creciendo, por lo que desde el CTCON estudian, investigan y ponen a prueba los diversos usos que se le pueden dar a los proyectos en 3D, con el foco puesto en seguir a la «vanguardia de esta revolución tecnológica».

«En el ámbito de la investigación, la impresión 3D se ha convertido en una herramienta invaluable. Nuestro equipo especializado ha colaborado estrechamente con instituciones académicas y centros de investigación. Esta capacidad ha acelerado el proceso de desarrollo y ha permitido la exploración de nuevas ideas y conceptos», indica el propio centro tecnológico.

Una cantina en Caravaca de la Cruz

El pasado mes de noviembre el municipio de Caravaca de la Cruz inauguró la construcción de una cantina realizada con impresoras 3D y materiales reciclados, sentando así las basas de una construcción centrada en la economía circular.

Se trató de una iniciativa pionera dentro del proyecto «GreenMur» que busca «favorecer la transición a una industria regional más verde», y que fue financiado con 100.000 euros por el Instituto de Fomento de la Comunidad (Info) y los fondos de desarrollo rural Feder.

Fueron las empresas Polymec, GLS 2014 y Yesos Rubio, junto con el Centro Tecnológico del Mármol, quienes dieron forma a la idea de cómo procesar lodos de mármol y restos de yeso, y reforzarlos con residuos de fibra de vidrio para construir la cantina.