Iglesia

El polaco que conoció a unos amigos españoles de Erasmus y ha acabado ordenándose sacerdote en Murcia

La historia del diácono Kacper Krzysztof Klusek no tiene desperdicio: este sábado será ya cura en la Parroquia Santa Eulalia

Kacper Krzysztof Klusek será ordenado sacerdote este sábado, a las 11:00 horas, en la Parroquia Santa Eulalia de Murcia REMITIDA / HANDOUT por DIÓCESIS DE CARTAGENA Fotografía remitida a medios de comunicación exclusivamente para ilustrar la noticia a la que hace referencia la imagen, y citando la procedencia de la imagen en la firma 10/07/2025
El diácono polaco, Kacper Krzysztof Klusek, será ordenado sacerdote este sábado en MurciaDIÓCESIS DE CARTAGENAEuropa Press

El seminarista polaco, Kacper Krzysztof Klusek, será ordenado sacerdote este sábado, a las 11.00 horas, durante la celebración que el obispo de Cartagena, Monseñor José Manuel Lorca Planes, presidirá en la Parroquia Santa Eulalia de Murcia, según han informado fuentes de la Diócesis de Cartagena en una nota de prensa.

Nacido en un pueblo de Polonia, de 30.000 habitantes, de la provincia de Santa Cruz, una zona humilde cercana a la capital, Varsovia donde reconoce haber tenido ejemplos en su madre o su abuela que le llevaban a misa "a pesar de que no quería ir".

Su actitud dio un giro a partir de su Primera Comunión, porque "participar en la Eucaristía de modo pleno, recibiendo al Señor en el corazón, cambió todo", y fue cuando comenzó a mostrar un interés que se mantuvo durante la adolescencia. De hecho, empezó a jugar a celebrar misa en casa, insistiendo a sus primos en que también ellos participaran en el juego y afirma que "en aquel momento, sin darme cuenta, empecé a enamorarme del Señor también en la liturgia".

En ese tiempo podría haber sido acólito en su parroquia, pero prefirió no dar el paso. "Pensé que era muy bonito, pero creía que todo el que llevaba alba es porque era muy santo y yo me consideraba un chico normal, no me sentía digno", recuerda.

Cuando tenía 16 años escuchó por primera vez el canto gregoriano en un juego de ordenador. "Me enamoré inmediatamente de esa música y pensé que si el canto con el que se alababa al Señor era tan bonito, tan bello, Dios tenía que ser de una belleza enorme; el Señor, que se sirve de todo lo posible para encontrarse con nosotros, me encontró y me sacó del ordenador".

En esa época "se enamoró por completo del Señor" y, finalmente, fue a hablar con su párroco, no para entrar en el seminario, sino simplemente para ser acólito. Un paso que "cambió totalmente mi participación y mi modo de actuar en la misa, como si todo fuera nuevo; me sentía muy lleno de alegría y de paz al estar en el presbiterio".

Fue entonces cuando pensó que "a lo mejor el camino de ser sacerdote era para mí", pero no tomó entonces esa decisión. Lo que hizo fue empezar a estudiar Teología en la universidad para ser profesor de Religión y, mientras tanto, hizo amistad con varios estudiantes de Murcia que se encontraban en Polonia de Erasmus.

Al terminar sus estudios tuvo la oportunidad de hacer el doctorado, realizando su último año en el extranjero, también de Erasmus; y escogió Murcia como destino para conocer de cerca otras culturas distintas a la de Polonia.

En su estancia en la Región tuvo la oportunidad de conocer a los seminaristas que se preparaban en el Instituto Teológico San Fulgencio y, conversando con un sacerdote también polaco, expresó que tenía el deseo de ser sacerdote y que este no le abandonaba.

El sacerdote le propuso que comenzara a prepararse en Murcia y, pese a sus dudas porque todavía no dominaba bien el español, ingresó en el Seminario Mayor San Fulgencio al curso siguiente tras hablar con el entonces rector, Sebastián Chico. Algo que consideraba "una locura" pero que "si era voluntad de Dios permanecería, y así ha sido".

El seminario lo imaginaba como "un monasterio, con mucha oración y tranquilidad" y le sorprendió que "ofrece muchas cosas para que puedas salir de ti mismo, porque tenemos que estar abiertos a todos, la Iglesia nos quiere abrir el horizonte" para "las múltiples realidades pastorales que cualquier sacerdote encuentra en su parroquia".

Asegura que del seminario "se sale diferente" ya que "era una persona a la que le gustaba estar sola y he aprendido a estar mucho con la gente; estoy agradecido porque, gracias a eso, puedo entrar más fácilmente a este ministerio y al servicio a los demás".

En su primer año como seminarista tuvo como pastoral la atención a migrantes en Cáritas, donde "estaba encantado porque pude conocer más gente distinta a mí, de culturas totalmente diferentes". También estuvo de pastoral en las parroquias La Purísima de Fortuna, Nuestra Señora de la Asunción de Alcantarilla y Nuestra Señora del Carmen de Murcia; y, después de su ordenación diaconal, ha prestado servicio en la de San Benito de Murcia.

"Cada parroquia tiene su encanto y su trabajo, y en ellas he podido conocer mejor la realidad de la Diócesis y también a mucha gente entregada por completo a sus parroquias, eso ayuda muchísimo", ha asegurado. Kacper espera el momento de su ordenación "tranquilo, con paz y alegría", aunque reconoce que todavía no puede creer que ya haya llegado el momento.

"Estoy muy feliz, puedo decir que el que estoy recorriendo ahora es mi camino, por donde el Señor me llama; no hay que tener miedo en el sacerdocio ni en ninguna otra vocación porque él siempre está a nuestro lado; yo lo he experimentado muchas veces: nos cuida y nunca estamos solos", ha concluido.