Opinión

«El Pérez»

Es la foto de la semana, la foto de la solidaridad, la foto del esfuerzo, la foto de la esperanza y la foto que nos hace contener la respiración antes de soltar el cabo. Ese casco rojo sobre fondo de miasma verde con el nombre de «JUANJO», escoltado por las dos linternas negras y coronado por la pegatina del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil.

Esa foto tiene un aire mitológico, el relato de esos hombres que cuando se enfundan el neopreno o el traje anticontaminación dejan de pensar en ellos para trabajar por los otros. Llevan una semana sin descanso buscando al pequeño Gabriel. Una camiseta les llevó hasta las balsas donde se van decantando las aguas fecales y se va consumiendo la expectación.

En esa fotografía hay más, hay una mirada. Ahí está inmortalizada la concentración de quien tiene que pisar cada centímetro de esas balsas y saber diferenciar la rama de la piedra. A cada paso se cartografía ese fondo oscuro que no deja ver, solo deja sentir. Hay una mano que se agarra al cabo que es guía y es el relato visual del sentir de una familia que lleva más de una semana amarrada a la certeza de que darán un abrazo a su pequeño. Es la solidaridad, el no importa cuánto, el lo vamos a conseguir.

Esa fotografía es el homenaje a los cientos y cientos de profesionales y voluntarios que se han echado a esos parajes de roca, arena, arbusto y pozos para buscar a un muchacho que salió de casa y lleva demasiados días sin volver. Ese verde pegajoso y denso es la rabia de la impotencia. Esa mirada dice «sé lo que estáis pensando».

Ese Grupo de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil, que tiene en su escudo al submarinista nadando hacia el fondo, ha sacado la cabeza de uno de sus mejores hombres para decirle a la sociedad española que siempre se podrá contar con ellos. En las peores circunstancias en los escenarios más incómodos, cuando la luz se apaga en el lodazal o cuando el mar asesta uno de sus golpes dolorosos.

Esos ojos que salen a superficie bajo el casco rojo de «Juanjo» son de un tipo rocoso que lleva los zarpazos de la vida cicatrizados en lo más profundo.

En superficie siempre tiene una sonrisa. Esos ojos y ese corazón, que abriga el neopreno, son de mi gran amigo Javier García Pérez.