El trípode

Intereses ocultos: para poder entender lo que sucede

Es una palmaria evidencia el incumplimiento de esas promesas aprovechando la debilidad de Rusia, sumida en una profunda depresión y desconcierto

Para hacer un análisis objetivo de la cumbre de Alaska como previa a un eventual acuerdo de paz para acabar con la guerra en Ucrania, es preciso conocer el contexto y los precedentes de la actual situación en la Europa Oriental, entre Rusia y Ucrania. Desconocer esa realidad provoca análisis tan simplistas como interesados de parte, y que aparecen con frecuencia en los medios , donde se limitan a considerar el encuentro entre Trump y Putin como el de dos poderosos personajes, unidos por el interés de sacrificar a un tercero Zelenski, presunta víctima inocente de su ambición e intereses geopolíticos. Es necesario tener conciencia de que existen acontecimientos históricos que deben introducirse en la ecuación para que se pueda entender la realidad de lo que sucede y su previsible final. Que son el que Rusia ha sido engañada por EE UU y la UE desde la desaparición de la URSS. Así fue a partir de 1991, ya que se garantizó por parte de Bill Clinton, entonces presidente estadounidense, a Boris Yeltsin, a su vez presidente de Rusia, que no sería considerada como un potencial enemigo, es decir como un virtual sucesor de la URSS, y que en consecuencia la OTAN no se ampliaría hacia su frontera europea. Y también se le garantizó que los países que habían formado parte de la entonces «OTAN soviética», el Pacto de Varsovia (Polonia, Hungría, Rumania, Checoslovaquia , La República Democrática Alemana, y Bulgaria), garantizarían, con su neutralidad política y militar, la seguridad de Rusia. De tal forma que no precisaría dotarse de una nueva organización militar defensiva al carecer de un potencial enemigo occidental del que protegerse. Es una palmaria evidencia el incumplimiento de esas promesas aprovechando la debilidad de Rusia, sumida en una profunda depresión y desconcierto, tras caer como un castillo de naipes la superpotencia comunista dirigida desde Moscú. Basta constatar que todos los integrantes del Pacto de Varsovia pertenecen ahora a la OTAN para acreditar que todos ellos han pasado de ser países aliados a convertirse en potenciales enemigos de Rusia, y además todos fronterizos suyos. A este importante argumento hay que añadir que el propio Putin, siendo ya presidente, se abrió a la posibilidad de negociar con la UE una eventual fórmula de colaboración política y económica. Y que serán predecesores de Trump los que antepusieron -al cumplimiento de la palabra dada- intereses geopolíticos unidos a los intereses económicos del complejo militar industrial estadounidense. Y que culminó con el Maidan de 2014, que derrocó al presidente Yanukovich por ser prorruso.