Primer paso al frente

Queda menos para que el Partido Popular decida quién va a ser su timonel y el primero en postularse más allá de rumores– y José Manuel García Margallo aparte– ha sido José Ramón García-Hernández. Su decisión no es fruto de la improvisación ni obedece a venganzas personales sino a la necesidad, dice, de que además de timonel haya una carta de navegación diferente a la que le ha venido sirviendo de guía a un partido que no ha sabido hacer un análisis correcto ni de la moción de censura ni de lo que le ha pasado en los últimos años. Dice José Ramón García-Hernández que su proyecto pasa por «hacer un nuevo PP para una nueva sociedad» y que para eso «hay que acabar con un partido de dirigentes para crear uno que trabaje codo con codo con los afiliados, con limitación de mandatos y primarias puras y duras sin intermediación de compromisarios. Un PP con un cambio radical en la organización y que recupere el objetivo con el que nació que fue el de servir a España y a los españoles».

José Ramón García-Hernandez pertenece a una nueva generación de políticos, no tanto por edad como por concepto y está, como muchos de los votantes del Partido Popular, que echa las muelas contra esa pasividad plagada de complejos que les ha llevado a la estigmatización y a dejarse comer la tostada de la unidad del país. Y está dispuesto a luchar por su candidatura con todas las de la ley reconociendo, eso sí, que quien salga elegido del próximo Congreso, será el presidente con todas las consecuencias. Él, con ese ímpetu que da la mezcla entre la euforia y el cabreo lo tiene claro: «Cada vez que veo una bandera de España en un balcón, me doy cuenta de lo equivocados que hemos estado». Toda una filosofía que resume el sentir de unas bases que demandan un soplo de aire fresco.