Opinión

El poder de la incongruencia

No sé en qué momento me he perdido, pero en este conflicto en el que andan inmersos independentistas, gobierno, Podemos y Monarquía ya no sé quien es quién. De entrada alguien debería explicarnos qué pintan unos señores que no se consideran españoles votando en su parlamento que España deje de ser una monarquía. La memez es extrema y como mucho solo demuestra que ni ellos mismos se creen lo que dicen ser. Por otro lado tenemos al gobierno dispuesto a impugnar ante el TC esa resolución anti Felipe VI y descendencia pasando incluso por encima del Consejo de Estado que opina que no hay mimbres jurídicos que sostengan el recurso, por lo que, como se presente y se pierda, lo único que se habrá conseguido es que el secesionismo brinde con cava. Pero resulta que en paralelo, ese mismo PSOE del que forma parte el gobierno acaba de votar en el Congreso a favor de despenalizar el delito de injurias al Rey, que es una propuesta de Podemos cuya rama catalana es quien ha presentado en el Parlament la propuesta de abolición de la monarquía. Luego pretenderán que los demás entendamos de que va este sainete en el que ni los mismos actores saben seguir un hilo argumental coherente. Es lo que tiene este voy-y-vengo que algunos han adoptado como estrategia para intentar ese imposible metafísico que es contentar a todos. Por eso los independentistas un día proclaman la república pero al siguiente se quejan de una monarquía que siguen sintiendo como suya; por eso Sánchez saca pecho (en exceso para el Consejo de Estado) defendiendo al Rey pero a la vez le da la mano a Podemos; por eso Podemos quiere despojar al monarca de un derecho que todos los demás tenemos pero sin renunciar a gobernar con quien le quiere echar encima el Tribunal Constitucional en Cataluña. Al poder por la incongruencia. No hay otra explicación.