Opinión
Disney ficha a Julio Iglesias
«Yo quiero hacer mi serie y contar mi historia». Así de franco y rotundo me saluda Alfredo Fraile, el que toda una vida a la sombra le hizo ver el lado bueno de Julio Iglesias. Evoca sin pretensiones, muy seguro de sí mismo, de lo visto, vivido, callado y aguantado, de cuánto soportan sus anchas espaldas. Qué no habrán visto o disfrazado en su ir y venir por 160 países desde que hace casi cuarenta años formando tándem con el Julio Iglesias entonces ya muy ambicioso. Los años en candelero y el éxito mundial no lo han cambiado. Fraile lo ha compartido todo desde «La vida sigue igual», su debut, y «Gwendolyne», donde surgió la fama de rompecorazones, una presunción que sigue vigente. Medio siglo después no lo han calmado:
–Sorprende, Alfredo, que hagas un libro después de estar muchos años enfadado con Julio. Tú, como le pasó a Tonxo Navas y sus 30 años fieles y a todo su entorno más cercano, fuísteis despedidos sin ni siquiera un «gracias», y ya no digamos la opípara jubilación económica que os correspondería. Es curioso que Julio os dejase dando un portazo sin importarle la lealtad redemostrada.
–Él es así desde siempre y a estas alturas no cambiará. Sabe lo que quiere y nada lo frena con tal de lograrlo.
–Sin embargo, y de forma contraproducente, vende y mantiene su imagen de «truhán y de señor», alardeando de tres mil novias, algo increíble.
–Eso fue un acierto bien comercializado. Pero, entre otras, yo solo recuerdo a «La flaca», Gianina Facio, Sidney Rome y Nathalie, la pechugona francesa que no sé si aparecerá en la serie. Es innegable su gancho, simpatía y don de gentes. Es un personaje cautivador, que lo mismo encandiló al presidente Miterrand que a Sadat, que era de Egipto y para quien actuó en Alejandría y El Cairo, justo un mes antes de que lo asesinaran. Fue algo tremendo que nos dejó gran impacto y aún no lo hemos superado.
–Repaso o ajuste de cuentas, ¿eso se espera tras su desagradecimiento?
–Evocaré sin acritud ni deseos de venganza mucho de lo que hemos vivido juntos. Que no ha sido poco. Por ejemplo, quiero enseñar de Isabel Preysler la imagen que pocos conocemos. No es orgullosa, engreída ni distante. Al contrario, tiene un encanto supremo y aparecerá como la gran señora que es. Como habrá sido para Julio, que cuando ahora habla de ella siempre se refiere a «mi esposa». Y fíjate si han pasado años. Yo estaba con él en Buenos Aires cuando ella lo despidió telefónicamente –dicen que bien aconsejada por su vecina Carmen Martínez-Bordiú, entonces duquesa de Cádiz y esposa de Alfonso de Borbón– desde Madrid. Julio pensó que era una broma, no podía creerlo aunque sabía que había rebasado el borde. Todo eso es lo que contará la serie y recordaré cómo Isabel viajaba con nosotros en los primeros tiempos donde comíamos bocadillos en el autocar, porque no daba para más. Tuvo un comportamiento admirable y nos dejaba boquiabiertos sin quejarse nunca. Pienso que fue la mujer de su vida.
–Recuerdo que estuve con ellos cuando hizo su primer festival de San Remo y fuimos de compras. Buscaba jerséis de cachemira y ella no le dejó comprar los que Julio eligió, y hasta bromeó por su mal gusto. A él esa descalificación le pareció fatal y no le habló en toda la tarde.
–Alfredo, yo no olvido su debut en el Olympia, donde Isabel fue con un grupo de amigas –entre ellas la Bordiú y Anita Obregón– y llegaron mediada la segunda parte, porque se entretuvieron comprando ropa. El cabreo de Julio fue enorme. Pero, a lo que íbamos: cuando Disney conoció tu libro ya mostró interés en hacer una serie.
–Hemos estado negociando hasta ahora en que al fin ya hay acuerdo. Rodaremos casi durante un año utilizando mucho material de archivo o nunca usado. Cuando contacté con él para que la autorizase, no puso problemas. Era como si hubiésemos hablado la víspera y como si el tiempo y las circunstancias no nos hubieran alejado. Nos conocemos desde muchachos, somos casi como hermanos.
–Hombre, eso no es decir mucho, porque Julio nunca se llevó bien con su hermano Carlos.
–Son cosas entre ellos. Julio adoraba a su padre, y Carlos, que era un famoso puericultor y estaba muy bien colocado, lo dejó todo para estar al lado de Julio. Espero rematarlo para finales de año. La documentación es abundante, desconocida y sabrosa. Sorprenderá y hasta emocionará. España nunca tuvo un artista tan mundialmente famoso como ha sido Julio. La serie comenzará a rodarse en Miami a finales de marzo y tendrá diez capítulos de una hora. Entre el cantante y Fraile hay acuerdo completo tras supervisar, dentro de lo que Disney permite, e imponen su criterio. Quizá lo más importante y significativo para el rodaje consistirá en esta reconciliación de quienes fueron tan íntimos y solo riñeron por culpa de Carlos Iglesias, hermano de Mr. Gwendolyne, cuyas canciones están a la baja y pueden comprarse en nuestros grandes almacenes al ridículo precio de 6,99 frente a los 18 que costaban.
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