Opinión

Patanes

Soy madrileño y vivo en Madrid. Pues bien, después de cuatro años en el Gobierno municipal, sigo sin saber quiénes son los concejales de «Ahora Madrid». Me pasa con los chorlitos podemitas lo mismo que con la nueva hornada de actores. Que son iguales y ninguno destaca. Considero una ventaja no reconocer a esa gente tan encantadora. Me refiero a los de «Ahora Madrid», no a los actores, a los que tampoco distingo ni reconozco.

En junio se cumplirán 120 años de la gesta de los héroes de Baler. Los últimos de Filipinas, que resistieron durante 337 días, sin medicamentos y racionando los alimentos, los ataques constantes del ejército filipino. España declaró la independencia de Filipinas, y sus soldados de Baler no fueron informados. Se hicieron fuertes en la iglesia y cumplieron con la muerte, las heridas, las enfermedades y España. Tal fue el heroico comportamiento de los soldados españoles al mando del teniente Martín Cerezo, que al abandonar la iglesia de Baler, los soldados filipinos rindieron honores militares a los españoles en homenaje a su heroísmo.

Como en el caso de Blas de Lezo, España se duerme para reconocer con justicia a sus héroes. Y para evitar el olvido, la Fundación Museo del Ejército encomendó al gran pintor español Augusto Ferrer-Dalmau un boceto del teniente Martín Cerezo que sirve al estupendo escultor Salvador Amaya para inmortalizar la figura del oficial que supo mantener el espíritu de sus soldados durante el terrible y prolongado asedio filipino a la iglesia de Baler. Los de «Ahora Madrid» se oponen al proyecto porque aquellos héroes representaban a un «ejército colonialista». Así son de gilipollas, y lo escribo con desenfado porque ignoro completamente la identidad de los concejales de «Ahora Madrid» y carezco del mínimo interés por averiguarla. Sé que es sencillo. Se consulta con Google: «Concejales de Ahora Madrid», y aparecen sus nombres, pero me da mucha pereza la gestión.

El proyecto de Ferrer-Dalmau y Amaya se convertirá en una gran efigie de bronce que se colocará sobre un pedestal de granito con los nombres de todos los héroes de Baler grabados para honrar su gesta. Y la intención del Ejército de Tierra era ubicarlo en la Avenida de Filipinas e inaugurarlo el 2 de junio, fecha conmemorativa de la culminación de su heroísmo, el 2 de junio de 1899. Pero los de «Ahora Madrid» no respetan a nuestros héroes, ni a nuestra Historia ni a nuestro Arte. No respetan –más bien, desprecian–, a España, y sienten repulsión por los uniformes militares, con excepción de los uniformes castristas o bolivarianos. Esos uniformes les colman de gozo, y más si aquellos que los visten disparan contra el pueblo, contra la gente, y contra la libertad.

Todo es cuestión de retrasar su inauguración. Antes o después los de «Ahora Madrid» dejarán de gobernar la Capital del Reino. Las encuestas no son favorables para Podemos. Parece ser que van de culo. Y un día cualquiera, aunque no tenga significado conmemorativo, el oficial al mando de los héroes de Baler tendrá su sitio en Madrid, como lo tiene Blas de Lezo, el heroico defensor de Cartagena de Indias que venció y humilló a la poderosa escuadra inglesa comandada por el almirante Vernon. Gracias a su gesta, el español es el segundo idioma más hablado del mundo, después del catalán, naturalmente.

Y como lo tiene el cabo Noval, en plena Plaza de Oriente, y el héroe de la plaza de Cascorro, en el corazón del Rastro madrileño. Aquellos 33 españoles no honraron con su heroísmo el tiempo de su valor. Nos honraron a todos los españoles que vendríamos después. Los monumentos se guardan, se espera el momento y se erigen. En pocos años, los de «Ahora Madrid» serán un mal recuerdo, un poso de incultura, antiespañolismo, necedad y burricie.

Y nuestros héroes de Filipinas compartirán el mismo aire que respiran los madrileños.