Opinión

“La victoria pírrica de Sánchez”

Ahora que le gusta utilizar el lenguaje militar debería aprender de Pirro y otros generales brillantes que una retirada a tiempo es una victoria. Y, también, que hay que buscarse buenos y seguros aliados.

Hay frases clásicas que son muy útiles para reflejar la realidad. Sánchez consiguió ayer una victoria pírrica. Pirro es una figura histórica muy interesante, porque fue un militar brillante cuyo reino ocupaba la costa del Epiro y de Iliria, pero su ambición era crear un reino grande y poderoso como el que tenían los reyes helénicos de Oriente. Era yerno de Agatocles de Siracusa y quería extenderse hasta el norte de África. Pirro acudió en auxilio de Tarento con un poderoso ejército formado por 20.000 hombres, 3.000 caballos y varios elefantes, pero Roma desbarató sus ofensivas a pesar de las victorias que obtenía. Al ser felicitado tras la batalla de Ascuulum se le atribuye la frase de «¡otra victoria como ésta y estoy perdido!», porque las pérdidas fueron enormes. Al final no consiguió su objetivo. A Sánchez le pasa lo mismo, ya que cada nueva victoria pone de manifiesto la fragilidad de su gobierno de coalición. Por ello, ahora que le gusta utilizar el lenguaje militar debería aprender de Pirro y otros generales brillantes que una retirada a tiempo es una victoria. Y, también, que hay que buscarse buenos y seguros aliados.

El principal problema de Sánchez es precisamente contar con unos aliados que se han caracterizado por su deslealtad. Al PNV, al que respeto por su coherencia, sólo le interesa el País Vasco y lo que pueda servirle en su proceso lento pero constante de desconexión con España que es, sobre todo, una vaca a la que le gusta ordeñar. No engaña a nadie. Lo mismo sucede con ERC y el resto de formaciones nacionalistas. Lo que se trata es de hacer caja. El caso de Podemos es más interesante, porque Sánchez y Iglesias son rehenes el uno del otro. Por cierto, tengo la impresión de que ambos están inmersos en un pintoresco síndrome de Estocolmo, porque es una de las relaciones más complicadas e interesadas de la historia política contemporánea. Desde que Podemos se ha incorporado al sistema con una vicepresidencia y cuatro ministerios hemos asistido a una conversión que deja en una fruslería la caída del caballo de San Pablo. Han pasado del odio al amor, aunque en cualquier momento pueden volver al estado anterior. ¿Qué hubiera sucedido si hubiera un gobierno del PSOE o el PP?, pues que las calles de hubieran incendiado. Por ello, nunca tendremos un gobierno de centro como sucede en Alemania.