Internacional

Un verano con sabor a gas lacrimógeno

«La combinación mas fidedigna era entre wasabi y pimienta negra. Demasiado potente, así que al final nos decantamos solo por la pimienta negra»

Los helados tienen ese poder de teletransportarte a un lugar o tiempo pasado. Rememoran las largas noches de verano, las vacaciones con amigas así como las pequeñas recompensas tras un largo día de trabajo. La «vuelta a casa» en Gijón se hace a pie sujetando una tarrina de la Ibense y una noche de tórrido calor en Madrid sólo se arregla con una parada en Mistura. Cualquier helado de avellanas (en sus múltiples versiones «gianduia», «bacio» o simplemente «nocciola») me lleva directamente a la «Dolce Vita». Por muy buenos que estén los dichosos gelatos italianos a mí solo me evocan diversión compartida en cualquiera de sus múltiples y bellas «cittás». Italia es un destino muy socorrido, lo sé, pero posee un poder primigenio de dar vuelcos a las noches, juergas y viajes. Puedes terminar en un hospital de Turín, persiguiendo en lancha a un ferry desde Capri o buscando las perlas de tu abuela en una angosta calle veneciana. Todo puede pasar en Italia.

Con los de pistacho, me traslado a Teherán. Cerca de una de las mezquitas convertidas en colegio electoral más multitudinaria de la capital se encontraba una de las mejores heladerías en el Instagram iraní. Entre cucharada y cucharada contemplé la puesta de sol en un banco junto a unos jóvenes emocionados que esperaban cambiar el destino del país en las urnas. El helado duró lo mismo que ese sueño, pero saborear la esperanza no se hace todos los días.

Algo similar le ocurre a Chung Yiu-wa, un heladero hongkonés de 32 años. Desde hace un año y medio regenta Sogno Gelato, ubicado en un centro comercial de Hong Kong, y para esta temporada ha creado el sabor a gas lacrimógeno. «¿Qué hongkonés no ha probado el gas lacrimógeno? Este Gobierno inútil ha lanzado tantas latas de gas lacrimógeno, incluso contra asilos», explica el joven en «The South China Morning Post». El verano pasado, la sociedad hongkonesa comenzó a protestar contra la polémica ley de extradición a China. Las manifestaciones fueron masivas, llegando a concentrar a dos millones de personas. «El Gobierno disparó más de 16.000 rondas de gas lacrimógeno contra nosotros», recuerda Chung,

Entre los míticos sabores propios de cualquier heladería se halla éste de color vainilla. Los que ya han degustado su creación describen este helado con notas de pimienta picante: después de haberlo tragado, vuelve a la nariz, lo que recrea la sensación de haber estado bajo el humo del gas lacrimógeno. Chung ha intentado que el color y el efecto sea similar al que provoca este material antidisturbios. «Experimentamos con wasabi y mostaza. La combinación mas fidedigna era entre wasabi y pimienta negra. Demasiado potente, así que al final nos decantamos solo por la pimienta negra». Después de comerlo es como si hubieras probado gas lacrimógeno, destaca el joven heladero que reconoce que rebajó la dosis de pimienta. Y es que a pesar de que Chung quiera concienciar también tiene claro que cuando tomas un helado, «quieres disfrutarlo».