Opinión

Economía de Irene Montero

E l revuelo ocasionado porque la señora Irene Montero no dijo la verdad a propósito del coronavirus y la manifestación del 8-M ha ocultado la relevancia de sus ideas económicas.

Propuso o vaticinó «una salida antifascista de la crisis», lo que es notable por tres motivos. Primero, porque sería la mejor noticia posible para las trabajadoras. Segundo, porque es sumamente improbable, dado que una salida antifascista sería una salida liberal, con menos intervención del Estado, menos impuestos y más libertad para las trabajadoras. Nada nos permite predecir que sucederá así. Y, tercero, porque si la salida de la crisis va a ser antifascista, entonces la misma doña Irene y su partido tendrán que cambiar radicalmente sus opiniones, cuya cercanía con las doctrinas fascistas es patente.

Como si esto fuera poco, la señora ministra de Igualdad expresó en una entrevista en Televisión Española más ideas económicas muy sugerentes.

Se felicitó por el Ingreso Mínimo Vital, y afirmó que es bueno para la economía porque no se ahorra, y por ello contribuye a la reactivación, porque la gente que lo cobra va y compra cosas. Esta idea es ampliamente repetida, cuando carece de fundamento: el consumo no garantiza la expansión económica. En nuestro país hemos tenido la experiencia de la última crisis, cuando el consumo alcanzaba niveles muy elevados y la economía se derrumbó.

Repitió tantas veces lo estupendo que es su partido, que «hace cosas que mejoran la vida de la gente», y lo magnífico que es Pablo Iglesias, autor del «fuerte escudo social», que la necesidad de que explicara cómo se va a pagar todo esto se volvió imperativa. Y aquí la señora Irene Montero estuvo realmente brillante.

Además de insistir con el mantra de «que nadie se quede atrás», lo que es una obvia falsedad, anunció que por fin España va a gozar de «justicia fiscal». Esto significa subir los impuestos, porque en Europa son más altos. A esta absurda idea le añadió el solemne compromiso de que su Gobierno progresista nunca les subirá los impuestos a los trabajadores y a las pequeñas y medianas empresas. Es decir, prometió exactamente lo contrario de lo que van a hacer.