Jorge Vilches

Una insultante paradoja

¿Se imagina una RTVE en manos de los totalitarios de Podemos? Pues eso ya está pasando. La televisión y radio públicas se conciben para dar un servicio de información, no como la plataforma para el comisariado político. El ente público tiene un presupuesto anual de 1.127 millones, la mitad de lo que se dedica a becas o dependencia, 50 veces más de lo que se invierte en investigación del cáncer, diez veces más de lo que ha costado el Hospital Isabel Zendal, con trabajadores que cobran más que un catedrático, un médico o un juez. Con esta comparativa, que menos que respetar su función original de servicio público.

La defensa que algunos dirigentes de Podemos han hecho del rótulo que pretendía ofender a la Princesa de Asturias deja al descubierto su concepción del Estado como una maquinaria a su servicio. Isabel Serra, la condenada por agredir a mujeres policías en el desempeño de sus obligaciones, dice que no entiende por qué está mal la apropiación de un medio público para expresar una opinión, no una información.

Gracias a este episodio también queda al descubierto su concepto de democracia. Pablo Echenique, el que negoció con los filoetarras de Bildu la derogación completa de la reforma laboral a cambio de su voto a favor en el estado de alarma, ha aprovechado para decir que España no es una «democracia normal» porque la Princesa va a estudiar el bachillerato en Gales.

Lo mismo ha dicho Jaume Asens, el podemita partidario de la autodeterminación que ha negociado con los independentistas de ERC. Que hablen de democracia los que pactan con quienes no se arrepienten de sus asesinatos, ni de sus delitos contra el orden constitucional, que veneran regímenes que pisotean los derechos humanos, que quieren acabar con la separación de poderes, el pluralismo y deslegitiman a la oposición, no deja de ser una insultante paradoja.