Elecciones Comunidad de Madrid

Unidad sí, no uniformidad

El comienzo oficial de la campaña electoral madrileña, coloca en su frontispicio la apelación realizada desde las filas populares a la unidad en torno a ellos para derrotar al sanchismo

El comienzo oficial de la campaña electoral madrileña, coloca en su frontispicio la apelación realizada desde las filas populares a la unidad en torno a ellos para derrotar al sanchismo. Este concepto además, no es una mera figura retórica en este caso, ya que ha sido el mismo Sánchez quien ha convertido a Ayuso en su obsesión como objetivo político a batir desde hace meses.

Pero el deseo legítimo de infligirle a Sánchez –y a su Rasputín— una soberana derrota el 4-M, no justifica ni recomienda como argumento electoral el de esa presunta unidad para alcanzar dicho objetivo. La unidad en general, y más en política si cabe, es siempre recomendable bajo la premisa de que afianza y fortalece. Sin embargo, una cosa es la unidad y otra la uniformidad.

Esta es lo que parece buscar el PP con esa apelación, olvidando que los votantes no son personas uniformes, sino diversas. Ellas, las personas —no «los personos» ni «les persones»— son las titulares exclusivas de los votos, y no se les puede uniformizar.

La misma UE entiende que no es posible una Unión cual Estados Unidos de Europa emulando a los de América, dada la personalidad diferenciada de naciones cuya identidad hunde sus raíces en la Historia, a diferencia de los Estados de allende el Atlántico. La ideología de género, por ejemplo, marca una frontera para muchos ciudadanos que no comulgan con esa rueda de molino posthumana. Unidos sí, pero en y desde la diversidad, no en la uniformidad.