Tomás Gómez

Casado no quiere MAR

Poco ha aprendido el líder de los populares de Díaz Ayuso que, lejos de practicar seguidismo de todo lo que hacía o decía Vox, sencillamente pasó por encima de ellos

Todos los elementos juegan en contra de Sánchez. Pero, sin duda, el que más daño le puede hacer es su sometimiento al independentismo. Los indultos serán el mayor error político cometido en democracia porque es el primer plazo del precio a pagar para que los independentistas no derriben al gobierno.

No es resultado de un cambio de posición del separatismo catalán, ni se comprometen a abandonar la vía independentista, sino que es un poco de oxígeno a un gobierno que se derrumba por días.

Además, violenta la esencia del concepto jurídico de un indulto. Los órganos jurisdiccionales ya han informado, profusamente, de que no se cumplen los requisitos legales, ni en el fondo ni en la forma, porque, por ejemplo, el indulto no se concede colectivamente a grupos sino individualmente a personas.

Pero, a estas alturas, todos sabemos que Sánchez nunca cambia la hoja de ruta y que ha tomado la decisión de indultar a los presos del procés. Queda por ver cómo se las ingenia para darles la siguiente demanda: la consulta soberanista.

A partir de ahí, observaremos la construcción de un relato sobre el que apoyarse. Iván Redondo ha demostrado ser bueno para la táctica cortoplacista, pero un desastre en la estrategia política a medio o largo plazo.

De momento, la frase que ha utilizado es bastante desafortunada “arreglar los problemas no tiene coste”. En primer lugar, no es cierto que los indultos, en las condiciones que se plantean, arreglen ningún problema porque lo único que hacen es debilitar los instrumentos que tiene el Estado de Derecho.

En segundo lugar, por supuesto que tiene coste y no es el hecho de que a Sánchez le va a costar la Moncloa, sino que el independentismo fortalece su relato y su posición de fuerza frente al Estado.

Sánchez suele hablar por boca de ganso, por eso, es sorprendente que Redondo haya caído en semejante error. Larkoff lo expresa claramente en su obra “No pienses en un elefante”, pues eso, bien saben que esto tendrá un importante coste.

El resto de problemas, Marruecos, la crisis económica, la derrota que ha sufrido frente a las Comunidades del Partido Popular con la administración de la segunda dosis de AstraZeneca y el resto de problemas que irán surgiendo durante lo que queda de legislatura serán más leña para un fuego que ya ha ardido.

Pero Sánchez siempre tiene una baza bajo la manga. En este caso, es la torpeza de Pablo Casado.

Poco ha aprendido el líder de los populares de Díaz Ayuso que, lejos de practicar seguidismo de todo lo que hacía o decía Vox, sencillamente pasó por encima de ellos. Ni siquiera después de las elecciones ha dado lugar al mínimo protagonismo de los de Abascal a los que ha liquidado con un puesto en la Mesa de la Asamblea.

Sin embargo, es obvio que Casado no tiene a un MAR, acrónimo de Miguel Ángel Rodríguez, a su lado. Sumarse a la concentración de Vox convocada en Colón es volver a ponerles en el mapa en detrimento del PP.