Inteligencia Artificial

Robots

Más complejo incluso que el asunto de las responsabilidades civiles o morales por una muerte es el problema de los afectos. ¿Se puede amar a un robot?

La novia llevaba el típico velo rojo de las bodas chinas, y el banquete nupcial y los regalos fueron los tradicionales. Pesaba demasiado, se quejó el novio, seguramente porque tuvo que llevarla en brazos, ya que todavía no le ha puesto piernas. Harto de no encontrar pareja, el ingeniero Zheng Jiajia se ha fabricado a Yingying y se ha casado con ella en presencia de su madre y amigos. Anticipa así una carrera que la película «Her» (en la que el protagonista se enamora del sistema operativo del teléfono, Siri) ya expuso como posibilidad de futuro. La inteligencia artificial va a toda mecha y desata debates encendidos, como los del informe de los expertos de la ONU que denunciaron el ataque de drones militares libios en marzo del 2020 contra humanos, en el que las máquinas mataron sin intervención directa de ninguna persona, eligiendo blancos según los criterios de programación.

Más complejo incluso que el asunto de las responsabilidades civiles o morales por una muerte (también en un accidente de coche sin conductor) es el problema de los afectos. ¿Se puede amar a un robot? Porque encariñarse con ellos ya es un hecho. «Paro», sin ir más lejos, es un bebé foca con chupete, de peluche amarillo y enormes ojos negros, absolutamente adorable, que interactúa con niños hospitalizados y cuyo único propósito es dejarse querer. Funciona de maravilla y anima un montón. «Pepper» es recepcionista de hotel y detecta el estado de ánimo de los humanos con solo verlos. «Misty» está diseñado para acompañar a personas que viven solas. La inteligencia artificial no sólo dotará a las antiguas muñecas hinchables de todas las técnicas sexuales de un compañero hábil, sino que permitirá elegir el carácter del partenaire, el tipo de voz, el ritmo de conversación y hasta las ideas políticas. Será un satisfyer de la vida. A medida que interactúen con nosotros, los robots enriquecerán su conocimiento del dueño y por lo tanto su capacidad de respuesta. ¿Hay que quererlos, como a mascotas, por ejemplo? Porque serán capaces de acompañarnos, animarnos, reconfortarnos y hasta guardar secretos. Es tiempo de hablar de amor.