Gobierno de España
Seis toros, seis
Con Redondo se pasa página. El presidente ni lo mencionó en la rueda de prensa de los cambios
Digan lo que digan los arúspices, es muy difícil saber lo que los presidentes redactan en los cuadernos azules, y mucho menos por qué. Hemos resaltado los periodistas el carácter económico del nuevo gobierno y la vuelta al PSOE orgánico. También la caída de los «sanchistas», el rejuvenecimiento del ejecutivo y el elevado número de mujeres. Pero hay otra forma de juzgar los cambios, a saber, cribando los cargos fulminados y estableciendo el común denominador. Es como sacar el negativo de la foto, para averiguar por dónde ha pasado el presidente la bayeta y entrever qué imagen quiere dar a partir de ahora. Estrenar gobierno es, en cierto modo, estrenar prensa. El foco cambia hacia los nuevos ministros. Fuera los pecados, es una absolución civil.
Con esta lupa, lo que nos sale es lo que Pedro Sánchez ha querido amputarse. Primero, el disgusto en el partido y en las bases por los indultos de Cataluña, que se lleva consigo el ministro Juan Carlos Campo, de Justicia. Segundo, el cabreo monumental por la ley de educación, que aventa con su salida Isabel Celaá, una institutriz desagradable, mandona, rígida. Tercero, el malestar de tantas mujeres feministas por la ley trans y el mandamiento de género, que se lleva consigo Carmen Calvo. Cuarto, la vergonzosa memoria del flirteo con Venezuela, el Delcygate y la financiación de la línea aérea Plus Ultra, defendidos por José Luis Ábalos, ardoroso valedor del presidente. Quinto, la inmensa metedura de pata con Marruecos, que se inscribirá en los anales a cargo de Arancha González Laya.
El portazo de todo este cambio es Iván Redondo.
Lo era todo en el gabinete. Diseñaba la estrategia y llevó las dos campañas electorales, la de Cataluña y la de Madrid. Con el final de Redondo se tapan el fracaso frente a Isabel Ayuso y el runrún de descontento de los que, desde el PSOE, no entendían qué hacía el antaño asesor del PP dirigiendo el socialismo. Con Redondo se pasa página. Tanto, que el presidente ni lo mencionó en la rueda de prensa de los cambios. Seis toros, seis. Ya no existe el pasado.
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