Política

Septiembre

Han vuelto los políticos a sus respectivos discursos, en ellos es todo mucho más previsible

De repente se nos echó encima septiembre, el mes de las hormonas revolucionadas, con sus retos, sus incertidumbres, sus desilusiones al descubierto, su cambio inevitable de estación en la vida, su acomodarse en la rutina. El mes en el que refugiarse de las nubes negras en la literatura para recordar que, en este tiempo, nacieron mentes fascinantes como las de Tostoi, Benedetti, Cervantes, Emilia Pardo Bazán, Agatha Christie, Stephen King, Carmen Laforet, Luis Cernuda, Miguel de Unamuno, Truman Capote.

«Marzo y septiembre el tiempo revuelven», nos recuerda el refranero. Y sí, ahí está la dana que, de un día para otro, nos ha recordado lo frágiles que somos, nos ha devuelto imágenes de devastación y sufrimiento, de campos anegados, de pérdidas millonarias. Pero hoy ya luce el sol y regresamos fugazmente al verano, así de volátil es septiembre.

Han vuelto los políticos a sus respectivos discursos, en ellos es todo mucho más previsible. El Gobierno se apuntala en la victoria de los números: un 70% de la población vacunada del coronavirus y un dato histórico del paro en agosto que, a su juicio, confirma que hemos superado lo peor de esta crisis. Ahora mismo el conflicto catalán no vende, no se menciona.

La oposición le recuerda a Pedro Sánchez la elevada mortalidad por COVID que seguimos registrando a diario. Y le recrimina el tono triunfalista de sus actos públicos, sin preguntas, recordándole que, en agosto, también cotizaron 118.000 personas menos a la Seguridad Social respecto a julio. Lo de siempre: todo depende del cristal con el que se mire.

Y a todo esto: ¿Es mejor que los jueces elijan directamente a los vocales del CGPJ? Otro melón abierto. El ministro de Presidencia insinuó que mejor optar por otra fórmula «porque eso no es propio de una democracia plena». El PP pide su dimisión, y Bolaños responde que se han tergiversado sus palabras. Ya tenemos material para más tertulias estériles. Lo que sí ayudaría al ciudadano es acudir a un mercado y comprobar que los precios se han contenido, y que no tendrá que elegir este mes entre comer o pagar el recibo de la luz. Septiembre avanza cuesta arriba.