Luis María Anson

Ley de pandemias

El Gobierno Sánchez y la oposición de Casado tienen el deber de ponerse de acuerdo para aprobar la ley de pandemias, en atención al bien común

Las pandemias no conocen fronteras. Nada más absurdo que la decisión del Gobierno sanchista de endosar a cada Autonomía las medidas para atajar la Covid-19. Diecisiete presidentes establecen sus fórmulas creando el desconcierto popular, la incertidumbre generalizada y el alarmante temor. La pandemia exige un tratamiento común y general. Algunas encuestas serias han sondeado la opinión pública de la ciudadanía. Una mayoría abrumadora de la población se pronuncia a favor de una ley de pandemias que generalice los remedios.

Sánchez no quiere asumir el costo de las restricciones, pero la obligación del Gobierno es llevar al Congreso, sobre todo pensando en el futuro, una ley que generalice las medidas para hacer frente a las epidemias. La exvicepresidenta Carmen Calvo se dio cuenta, cuando el coronavirus arreció, que era imprescindible un marco legal general para combatir la pandemia. Dispersar las medidas conforme a los intereses electorales o económicos de cada región es un error descomunal.

Parece obligado pensar en las próximas generaciones y dotar a la nación de una ley que permita enfrentarse con las pandemias de forma eficaz. Se trata del bien común, del interés general. Y por eso no debe haber fisuras, salvo los extremismos estériles a izquierda y a derecha. El Gobierno de Sánchez y la oposición liderada por Casado tienen la obligación política y moral de ponerse de acuerdo, redactar una ley de pandemias al margen de intereses partidistas y aprobarla por mayoría abrumadora en el Congreso de los Diputados.

Ahora sabemos, gracias a Yolanda Díaz, que por intereses electorales. Sánchez autorizó las manifestaciones del 8 de marzo que dispararon la extensión de los contagios. Lo menos que se puede pedir es una rectificación y la elaboración de una ley a la que en el futuro deben someterse todas las instancias nacionales, autonómicas y municipales para hacer frente con eficacia a un acoso a la salud pública que volverá a producirse y que en esta ocasión todavía no está concluido. «Solo la ley iguala a los ciudadanos», escribió Cánovas del Castillo. Solo la ley de pandemias establecerá el trato eficaz y justo sobre el caos dispar de fórmulas autonómicas que despedazan la eficacia y prorrogan los contagios y las muertes.

Luis María Anson, de la Real Academia Española