Guerra en Ucrania

La pesadilla de Ucrania

Ha estallado un conflicto de enormes dimensiones y de difícil solución, por la persona que lo alienta

Parece mentira, Kiev se encuentra apenas a un paso largo de aquí. Sientes impotencia ante el tamaño del drama humano. Por momentos, dan ganas de irse a socorrer a esos cientos de miles de personas, con vidas como la tuya o la mía hace solo 10 días, que ahora sufren en los subterráneos de las ciudades ucranianas. Desde esta semana nacen, enferman y mueren bajo tierra, se encuentran sin luz, ni agua, ni calefacción, con las estanterías vacías en los supermercados y las farmacias a oscuras. Les ves resistiendo con sus hijos y sus madres en escondites, o empuñando armas por primera vez por su país, o huyendo, aterradas, en las estaciones de tren, por los caminos, hacia las fronteras.

Les ves a gran escala, a vista de dron, ya fuera de Ucrania, con ese rostro de orfandad repentina, desgarradora, cobijándose con lo puesto en lugares habilitados por ONGs, escenarios que empiezan a tomar forma de campos de refugiados del siglo XX. Comprendo que den ganas de apagar la televisión ante tanto sufrimiento, ahora que empezábamos a salir del agujero del coronavirus.

La pesadilla nos ha estallado en los ojos. Y de nuevo, lo mismo que con la pandemia, cambiará el orden mundial, tal y como lo conocemos. El problema es que aún no sabemos cómo, ni a qué precio.

Ha estallado un conflicto de enormes dimensiones y de difícil solución, por la persona que lo alienta. De nuevo Vladimir Putin emerge ante el mundo como el dictador que es, amilanando y masacrando pueblos y ciudades, con sus misiles y sus tanques. Solo que ahora parece haber perdido definitivamente la sensatez, la empatía, la conexión con la realidad. Le puede el ansia de dominar el mundo. No hay más que escuchar al presidente galo Macron, único líder occidental que se comunica con Putin, advirtiendo en las últimas horas de que lo peor está por llegar.

A pesar del alto el fuego acordado la tarde de ayer entre Moscú y Kiev, para que se abran corredores humanitarios a la población civil, las tropas del tirano avanzan sin pausa por el Este y el Sur de Ucrania, con el propósito de cerrarle el acceso al mar al país atacado. Cuando eso ocurra, tendremos que aceptar la evidencia de la invasión exitosa de Ucrania. Y en ese momento, veremos qué sucede: la reacción de la comunidad internacional, de la OTAN, del propio Putin. Ocurrirá en cuestión de días, me temo.

Al otro lado, en Rusia, las miles de personas que se atreven a manifestarse en las calles para pedir paz son arrestadas, sin miramientos. ¿En qué derivará la asfixia económica y el aislamiento mundial al que se ha sometido a la población rusa? Es otra de las incógnitas, a medio plazo. No tiene pinta de acabar esta situación en una simple guerra fría.