El cuaderno

Solsticio y ‘oltraizquierda’

Cuando tenía once años de edad, Oltra se tiró en el suelo de la casa untada en ketchup y se hizo la muerta para saber si su hermano de seis años la “quería de verdad”. Cuatro años después entró en política

Notas del 21 de junio, dimisión de Mónica Oltra imputada y final de la primavera. Al cierre de este artículo, llevamos diez horas de verano y a algunos ya se les está haciendo largo. Mi amigo José Peláez, conocido por el artístico nombre de Magnífico Margarito, reniega del verano en una letanía de gemelos tatuados, arroz blandurrio y música de pupumpumpá. Pobres criaturas antiveranistas: qué meses de agosto no habrán tenido.

Hay solsticio de verano en el hemisferio norte y en la la ‘oltraizquierda’ valenciana. La vicepresidenta tímpano de España auguraba un nuevo tiempo en el que el pueblo viviría a salvo acunado por el Yolandismo tenacista. Ella y otras mujeres políticas, diversas y sororas, iban a a emparentar con el sanchismo y de aquello saldría una super raza de guapura y progresismo. En la cumbre de todo este imaginario, Yolanda le hacía el pelo a Oltra en el coche oficial como una parábola y si no dimite hoy, a Chimo Puig le salen canas de la angustia del Pacto del Botanic. La puñetera vida.

Todas las cosas adquieren últimamente un aire circunstancial y transitorio. Me refugio bajo la quietud solemne del Acueducto por cuyos arcos cruzaron los siglos. Y la ciudad echándose al río Eresma allí abajo como los chiquillos cuando saltan de los muelles del Caribe. Lo escribió Machado: “Torres de Segovia, cigüeñas al sol”.

Me gustaba Oltra con ese aire suyo como de ‘nerdie’ de peli de campamento de música. He leído en un perfil que le escriben en ‘El País’ (‘La política indomable’) que cuando tenía once años de edad, se tiró en el suelo de la casa untada en ketchup como si fuera sangre junto a un cuchillo y se hizo la muerta para saber si su hermano de seis años la “quería de verdad”. Cuatro años después, entró en política y lo demás es conocido. Se labró un futuro pidiendo que dimitieran los cargos púbicos imputados y cuando la imputaron a ella, apareció en un ongi etori fallero y Baldoví de Compromís bailaba como el monitor del gimnasio de un crucero. Hoy ha dimitido echando pestes, dice que para salvar el proyecto. Son unos héroes.