Debate Estado Nación

El asalto de los radicales

«Una vez más se diseña una realidad que no comparte la mayor parte de la ciudadanía»

La izquierda política y mediática está desesperada, porque los españoles les dan la espalda en las urnas. Es lo que pudimos constatar este martes en las intervenciones del Debate del Estado de la Nación. Era excéntrico escuchar las alocuciones de los portavoces de Podemos, En Comu Podem, Bildu y los independentistas. Los que están en contra de la Constitución, el Estado de Derecho y quieren destruir España pretendieron dar lecciones de democracia y progresismo. No hay nada más involucionista que las políticas que emprenden estas organizaciones, así como el odio y el revanchismo que les impulsa. Era muy cansino escuchar esa permanente referencia a ese ADN de izquierdas y progresista, porque el objetivo es gobernar en contra de la otra parte de España. Una vez más se diseña una realidad que no comparte la mayor parte de la ciudadanía. Es un esquema simplón que divide maniqueamente todo entre buenos y malos. La falta de nivel de nuestra política conduce a que los debates se sustenten en el populismo. La verdad no importa, sino la propaganda. Es una política que solo se ocupa del partidismo y garantizar sus puestos de trabajo. Es una diferencia muy notable con respecto a lo que sucede en otros países.

Sánchez ni quiere ni puede alcanzar ningún acuerdo con el PP. Lo dejó muy claro con una intervención que se puede resumir en que es el médico que quiere curar al paciente mientras que Feijóo en un curandero. No hay matices. En un lado está su política económica y lo que considera un conjunto de avances sociales mientras que todo lo demás es maldad, mentiras, engaños e incompetencia. No hay otra política económica posible. Es asombroso. Ningún atisbo de autocrítica. Los españoles vivíamos sumidos en un estado de atraso endémico hasta que llegó el PSOE que nos rescató de esa moderna barbarie. Es la superioridad moral de la izquierda política y mediática, porque ya se sabe que la derecha odia a los españoles y solo busca favorecer a los ricos. Es curioso que sea en la izquierda radical donde se concentran los vástagos de las familias acomodadas y que las encuestas muestren un retroceso electoral, como se ha visto en Madrid, Castilla y León y Andalucía, de los socios del gobierno de coalición.