María Jesús Montero
Montero, la ministra hormiguita
Hemos descubierto que se ha comprado un buen edredón para afrontar el invierno. En caso de mucho frío se puede poner dos o incluso tres. Espero que sea suficiente en su vivienda oficial
Hay que reconocer que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, es muy simpática e incluso ocurrente. Una gran mayoría de españoles están preocupados por las consecuencias de la inflación. Una de las más importantes es el coste de la energía. Lo notamos con el recibo de la luz, el gas y el depósito de gasolina. Por ello, son muy sugerentes las medidas personales de la ministra. No utiliza ni aire acondicionado ni calefacción. Hemos descubierto que se ha comprado un buen edredón para afrontar el invierno. En caso de mucho frío se puede poner dos o incluso tres. Espero que sea suficiente en su vivienda oficial. Me la imagino debajo de una montaña de edredones multicolores. No creo que resulte muy cómodo, pero es una solución imaginativa. Por ello, Sánchez debería explorar la posibilidad de enviarlos a todos los hogares españoles, que pueden llevar su rostro y la frase «el Gobierno cumple» o alguna alegoría de la presidencia de turno de la UE. Es mejor que no incluya referencias a su futuro liderazgo del socialismo mundial, ya que en breve asumirá la presidencia de la Internacional. Debo suponer que Montero no abandonará en casa el abrigo o abrigos, porque no es bueno que se pase todo el rato en la cama.
Una vez resuelto el problema del general invierno nos queda la duda del verano. Ha confirmado que no utiliza el aire acondicionado, que es uno de los inventos más importantes de la Historia. No hay más que imaginar cómo era el mundo antes y cómo ha sido después. Esos meses son muy duros en Andalucía. Por cierto, ha aclarado que no usar la calefacción y el aire acondicionado se sustenta, también, en una cuestión de salud. En este aspecto me pierdo, porque los utilizo y gozo de una buena salud. Es algo que no gustará a mis enemigos políticos y mediáticos. Lo siento, pero me tendrán que aguantar mucho tiempo. No voy a abandonar mi interés por cómo afronta el calor veraniego. Me imagino que se duchará con agua fría todo el año. En invierno es muy duro, pero es admirable. No hay duda de que es una mujer ahorradora. Lo mejor es que para solucionarlo todo tiene la «biblia» gubernamental que es el decreto de eficiencia energética.
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