Animales
El destino final de Gomi y Songgang
«Pasarán el resto de su vida rodeados por elefantes, pingüinos y tigres»
Los agasajos de agradecimiento de gobiernos extranjeros los carga el diablo, y si no que se lo pregunten a la vicepresidenta del Parlamento Europeo, Eva Kaili. Aunque en este otro caso, no se trata de maletas llenas de dinero en efectivo. Los protagonistas son dos perros obsequiados por otro régimen con una catastrófica situación de los derechos humanos, Corea del Norte. En 2018, el dictador Kim Jong Un entregó al entonces presidente de Corea del Sur, Moon Jae In, dos cachorros blancos Pungsan, una raza autóctona norcoreana muy apreciada para cazar lobos y tigres en las estepas heladas. Eran tiempos de distensión y encuentros y menos de lanzamientos de misiles balísticos intercontinentales. Moon se quedó a los perros de talla grande, Gomi y Songgang, y los cuidó en la residencia presidencial en Seúl.
Oficialmente, los regalos pertenecen al Estado surcoreano. No obstante, cuando la legislatura del progresista concluyó el pasado mayo, Moon se llevó a los perros a su domicilio privado. Había excepciones en las transiciones políticas y los obsequios cuando se trataba de plantas y animales.
El mes pasado, estos perros de doble capa de pelo con orejas puntiagudas llenaron las páginas de los diarios surcoreanos. Moon criticó al nuevo Gobierno conservador de Yoon Suk Yeol por no ayudarle a costear los gastos de los canes (manutención, veterinarios...) y amenazó con devolverlos. El Ejecutivo actual, que es muy crítico con la política de apertura que protagonizó Moon, rechazó sus acusaciones. Aunque admitió que la negociación para cubrir los costes caninos seguía abierta.
Finalmente, esta semana se ha resuelto el destino de Gomi y Songgang. Ya no estarán en el jardín de un ex presidente surcoreano. Pasarán el resto de su vida rodeados por elefantes, pingüinos y tigres. Serán una de las especies que se podrán observar de cerca en el Zoo de Gwangju, al sur del país. Kang Gi Jung, su alcalde y del mismo partido que Moon, ha prometido que se harán cargo de los canes. «Gomi y Songgang son un símbolo de la paz y de la reconciliación y cooperación entre Corea del Sur y Corea del Norte. Los cuidaremos bien, como cultivamos una semilla para la paz», señaló Kang. Resulta triste que, sin ser conscientes de ello, Gomi y Songgang son además el ejemplo perfecto de políticos de distinto sesgo que son incapaces de ponerse de acuerdo.
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