El trípode

Ahora sí: «Sánchez o España»

Este recordatorio es necesario para evidenciar que la persona de Pedro Sánchez ha demostrado ser profundamente tóxica para el normal funcionamiento de nuestro Estado social y democrático de Derecho

Hoy termina –esperemos– esta interminable campaña electoral en la que se ha convertido la vida política en España desde que Sánchez llegó a la Secretaría General del PSOE. Debutó como su candidato a la Presidencia del Gobierno en las elecciones del 20 de diciembre de 2015, obteniendo el peor resultado hasta ese momento para su partido desde las constituyentes de 1977, con 89 diputados. Pese a ello, bloqueó la posibilidad de investidura de la candidatura ganadora, que fue del PP con 123 escaños, lo que obligó a repetir las elecciones seis meses después por primera vez en 13 legislaturas, desde 1978. La repetición electoral se celebró el 26 de junio de 2016 y en ellas el PP subió a 137 diputados, mientras él se hundió con 84. Pese a ese fracaso, se obcecó en seguir bloqueando una investidura del nuevamente vencedor, que le superó en esta nueva ocasión por 53 escaños, abocando a la insólita situación de unas terceras elecciones. La Dirección del PSOE reaccionó, y en un histórico Comité Federal le cesó el 1 de octubre de 2016 mediante una abstención limitada para permitir la investidura del candidato ganador, Mariano Rajoy.

Este recordatorio es necesario para evidenciar que la persona de Pedro Sánchez ha demostrado ser profundamente tóxica para el normal funcionamiento de nuestro Estado social y democrático de Derecho, quedando ratificado con su proceder cuando, contra todo pronóstico, recuperó unos meses después el mando del PSOE, tras vencer en las primarias del Congreso Federal socialista. Desde entonces, le define su trayectoria: Tras dejar el escaño, «urdieron» una moción de censura para auparle al frente de la «dirección del Estado» en La Moncloa, con 84 diputados del grupo socialista, sumados a los de Podemos, los secesionistas catalanes, y a los vascos de EH Bildu y el PNV, que acababa de pactar los presupuestos con el Gobierno del PP. Las siguientes elecciones ya con él de presidente del Gobierno y candidato fueron en abril de 2019, y se tuvieron que repetir nuevamente con el argumento de que no iba a gobernar con Podemos y apoyado con quienes le habían llevado a La Moncloa. En la repetición de noviembre perdió 3 diputados, pero 48 horas después ya firmaba el «Pacto del abrazo» con quien dijo no lo haría pues provocaría «insomnio al 95% de los españoles». Si se cumple el aforismo de que «no hay dos sin tres», este domingo podemos tener otro bloqueo. Con Sánchez han vuelto las «dos Españas» que quiso enterrar la Constitución de la Concordia. Ahora sí: «Sánchez o España».