Aquí estamos de paso

Asombro, o no

Según Cerdán, si el PP no acude en ayuda del Gobierno, será el responsable, no sus socios

El Gobierno se ha negado bíblicamente a sí mismo hasta tres veces tres, las que, que sepamos hasta el momento de escribir esta crónica del asombro, ha llamado a la puerta del Partido Popular para que le solucione el problema que le han creado sus aliados de progresismo multicolor. De mayor a menor influencia, Félix Bolaños, Yolanda Díaz y el bueno de Santos Cerdán, que tiene asignado el papel de limpiador y adecentador de letrinas para que brille el suelo que no tendrá más remedio que pisar el jefe, se han visto obligados a pedir árnica al enemigo que habita el otro lado del muro. Supongo que estarán encantados de que todo lo que levante su jefe esté dotado de esa gaseosa fragilidad sanchista, porque así han podido abrir huecos entre las piedras de la construcción defensiva frente a la derecha, para que entre desde allí algo de ese aire del que necesitan para seguir caminado.

Lo más gracioso del movimiento socialista, al margen del hecho previsible pero no por ello menos notable de que no sea Sánchez el que llame a Feijóo, es que el PP se la va a cargar como no apoye los decretos del PSOE y Sumar que no van a contar con el beneplácito de los puchdemones ni los pablistas. El jardinero Cerdán ya lanzó ayer un aviso a quienes «no quieren votar a favor de medidas urgentes de apoyo a la ciudadanía», refiriéndose al PP y no a sus aliados, tal y como aclaró él mismo ante los periodistas. O sea, que si el PP no acude en ayuda del Gobierno para sacar adelante unas medidas urgentes porque los socios del Gobierno no quieren hacerlo a no ser que se acepten, por ejemplo, garantías de que se aplicará la ley de amnistía sin problemas legales, la culpa no será de estos socios, sino del Partido Popular. Es como si uno se va de fiesta con unos tipos indeseables, le advierte el vecino de lo poco de fiar de la compañía, y cuando lo dejan tirado a trescientos kilómetros de casa, el problema lo ha creado el vecino por no querer ir a buscarle.

La aplastante falta de sentido de la reacción dice mucho de la lógica imperante en estos tiempos, tan alegremente asumida por la cla de este PSOE funambulista y algo atrabiliario ocasionalmente, que da por bueno lo que antes era malo y condena lo que apoyó simplemente porque parece servir a una causa indeterminada o tan discutible moralmente como evitar que gobierne el adversario político. Te cargas de una tacada la coherencia y la fe en la alternancia democrática, pero da igual. Ahora te tienes que tragar también tus palabras y deshacer el muro, también da igual. Si la cosa no sale es por culpa del PP. La lógica política, el discurso de la verdad, eso que se llama lo políticamente correcto pasa por responsabilizar a los demás de los problemas en general y de los míos en particular. Bueno, a los demás, no, al adversario político.

De ahí el asombro, que no la sorpresa. No me sorprende que este PSOE vaya por donde va. Me sigue asombrando que todavía sostengan su discurso interesado e infantil gentes a las que uno atribuye capacidad de raciocinio, observación y hasta poderosa inteligencia.

Estoy deseando ver con qué argumento apoyan también, Cerdanes aparte, que el PP es responsable de empeorar la situación de los más vulnerables si no soluciona el problema que se ha creado Sánchez con sus compis de progresismo asimétrico todo a cien.