Insensateces

Basta

Dejen de meter la bota en el cuello de los demás. Es sólo fútbol. No tienen que ganar los de siempre ni tener la razón los de siempre. Dejen respirar al resto, carajo

No. No me gusta el Frente Atleti. No tengo nada que ver. No quiero que sigan en mi campo. No quiero que los niños que van al Metropolitano pasen miedo afuera, ni que tengan que ver lo que tienen que ver a veces dentro. No quiero ver a mis jugadores teniendo que ir a pedir que no se lancen cosas. No quiero. Lo que quiero es que no vayan jamás esos tíos a mi campo. No quiero pasar vergüenza. No quiero que se hagan fuertes y piensen que sólo depende de ellos la animación. No quiero salir en las portadas por escenas lamentables, no quiero que me parezca que esto ya no va conmigo. Soy socia del Atlético de Madrid. Y no quiero que me confundan con unos tipos encapuchados. No me lo merezco. Yo no soy así, ni miles de atléticos más. Silbamos, sí. Nos enfadamos, sí. Nos enferman determinados jugadores que se saben impunes, sí. Nos gustaría que esos futbolistas no visitasen un campo tras otro faltando al respeto a la afición local, sí. Nos encantaría que no se hiciera eso con la visitante, sí. Pero no estamos de acuerdo con la violencia, ni con los pasamontañas, ni las mascarillas, ni con los que van a montar follón.

Pero no me lo monten a mi costa.

Estoy cansada de la manga del embudo permanente. De que lo que es un pecado en un equipo, sea una virtud en otro. Que todos los santos de los días escuche a comunicadores entender lo que quieren entender para arrimar el ascua a su sardina. Que se nos trate de idiotas. Que se nos niegue hasta la opción de pensar. Y, si ya hemos pensado, se nos busquen las cosquillas y se retuerza. Es sólo fútbol, pero es mucho más. Es nuestro ocio, ilusión, nuestro compromiso con lo que vimos en casa. Y estamos hartos. Los del Valencia son racistas, los del Barça aceptan la corrupción de su club y nosotros somos violentos. Basta ya. Basta ya del mismo relato continuo, imperante, latifundista. Dejen de meter la bota en el cuello de los demás. Es sólo fútbol. No tienen que ganar los de siempre ni tener la razón los de siempre. Dejen respirar al resto, carajo.