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BBVA-Sabadell: vencedores, vencidos y oportunistas
Ahora es el turno de los oportunistas. El PNV, de perfil durante la OPA, podría intentar, con el visto bueno de la Moncloa, colocar a uno de los suyos al frente del BBVA
Odgen Nash (1902-1971), escritor satírico norteamericano, repetía que «los banqueros son exactamente igual que las demás personas, pero más ricos». La OPA hostil del BBVA sobre el Sabadell lo ha confirmado. Los responsables del BBVA y del Sabadell, en el año y medio largo que ha durado el episodio –a veces esperpéntico–, se han comportado como cualquier mortal, eso sí, con más recursos y, a veces, pólvora del rey, en este caso de los accionistas, en cuyo nombre todos decían hablar. Ha sido una guerra entre gestores con intereses diferentes que, además, se jugaban sus futuros personales. En las batallas hay vencedores y vencidos. Han ganado Josep Oliú y César González Bueno, presidente y consejero delegado del Sabadell. Carlos Torres y Onur Genç, números uno y dos del BBVA, son la cara amarga. Los accionistas han sido la tropa y solo el tiempo dirá quiénes han salido mejor parados. No hay que hacer leña del árbol caído, pero Torres y Genç olvidaron la historia reciente de otras OPAS y adquisiciones. Gas Natural lanzó en su día una OPA por Endesa, con similitudes con la actual. Ofrecía en acciones y dinero apenas un 14% más que su valor bursátil. Manuel Pizarro, al frente de la eléctrica resistió ante un precio cicatero. Al final, el gato al agua se lo llevó la italiana Enel, que pagó más de dos veces el valor de Endesa al inicio de la OPA. Unos años antes, Emilio Botín, presidente del Santander, acudió a la subasta que hubo por el Banesto intervenido por el Banco de España tras el fiasco de la etapa Mario Conde. Ofreció 762 pesetas por acción, frente a las 667 del BBV y las 566 de Argentaria y las 400 en las que los técnicos valoraban el banco. Al mercado hay que ir con dinero si se buscan garantías de éxito. El gobierno torpedeó la OPA del BBVA desde el inicio para contentar a los «indepes» de los que depende, pero no hubiera podido hacer nada ante una oferta espectacular. Torres y Genç, adiestrados en la consultora McKinsey, confiaban demasiado en los ratios y la hoja de «excel», obviaron el valor de pagar pronto y bien y atendieron los mensajes de quienes en Cataluña –los había–, con rencillas de por medio, preferían que el Sabadell dejara de ser independiente. Ahora es el turno de los oportunistas. El PNV, de perfil durante la OPA, podría intentar, con el visto bueno de la Moncloa, colocar a uno de los suyos al frente del BBVA. Ana Botín, observa el paisaje y explora opciones. Mientras, los jefes del Sabadell disfrutan del instante y también son, como otros banqueros, igual que las demás personas, pero algo más ricos; lo que decía Odgen Nash.