A pesar del Gobierno

Iglesia y progreso

La Razón
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Es infrecuente encontrar cuestionamientos a la Teología de Liberación en el periodismo progresista y políticamente correcto. Podrá no creer en Dios, pero suele creer en la TL. ¿Por qué no son capaces de matizar siquiera a estos religiosos? Sospecho que es un prejuicio: como son contrarios al capitalismo, deben ser buenos.

Así, un reciente reportaje en El País Semanal firmado por Francesc Relea sobre Pere Casaldáliga, asegura que este obispo es "abanderado de los menos favorecidos...activista en favor de los que menos tienen". No leerá usted textos similares en la prensa progre sobre Cáritas o la Madre Teresa. Lo importante del religioso catalán es que es de izquierdas, y a partir de ahí Relea se recrea en una clásica ficción antiliberal: los intereses incompatibles. En este caso, los dos "bandos enfrentados"son la Iglesia, los terratenientes y sus pistoleros, por un lado, y los "sin nada", por otro. Otra vez, el camelo de la lucha de clases, que desfigura la realidad y por supuesto exculpa a los héroes que se ponen del lado de los buenos, o sea, de los "sin nada", digan lo que digan, hagan lo que hagan. Como es natural, no abundarán las críticas hacia los diversos movimientos políticos, algunos violentos, desatados tras tanto fanatismo maniqueo disfrazado de abnegada "opción por los pobres". El obispo Pere Casaldáliga reivindicó a Marx y atacó el capitalismo salvaje. Lógicamente, sólo podrá recibir palabras de elogio.