Sin Perdón

Tú a casa y yo en La Moncloa

«El dimitido es otro juguete roto del sanchismo, aunque supongo que su sucesor o sucesora le buscará un buen destino»

Al final se ha cumplido la previsión y Álvaro García Ortiz ha dimitido como fiscal general del Estado. Ahora tendrá que esperar a que se publique la sentencia y que el Gobierno le otorgue un indulto exprés. No tienen que preocuparse por cumplir o no los preceptos que establece la ley, porque Conde-Pumpido y sus mariachis pueden hacer una interpretación que soslaye cualquier problema o impedimento. Lo mejor sería una amnistía, porque así podrían crear un nuevo relato y humillar al Tribunal Supremo. La previsión es que el Tribunal Constitucional anule la sentencia que podría fundamentarse en algo tan propio de su presidente que es «porque a mí me da la gana». El dimitido es otro juguete roto del sanchismo, aunque supongo que su sucesor o sucesora le buscará un buen destino. Por tanto, el uno se va a su casa en unas condiciones francamente malas mientras Sánchez se queda, tranquilo y feliz, en La Moncloa. Al margen del indulto y la anulación de la sentencia, la realidad es que queda como el único fiscal general del Estado condenado y, además, por un delito grave.

Como es normal, dimite asegurando que ha servido «fielmente a la institución» y muestra su respeto a las decisiones de los jueces. En cambio, el presidente del Gobierno y el ministro de Justicia han sentado un peligroso precedente. A partir de ahora, las sentencias solo serán válidas para aquellos que las compartan, mientras que el resto estará en su derecho a considerar que no son legítimas. Hasta que consiga asaltar el Poder Judicial, aunque espero que no lo consiga, estamos en un nuevo modelo que es la Justicia a la carta. A Sánchez solo le sirve que su hermano y su mujer sean declarados inocentes, porque la segunda autoridad del Estado no respeta la independencia judicial y el imperio de la ley. El Ministerio está estudiando si esa condena por delito doloso comporta la pérdida de su condición de fiscal y su expulsión de la carrera. Es cierto que Sánchez sufrió una dura derrota de manos de Ayuso, pero el único que sufre las consecuencias y se tiene que ir a su casa es un fiscal que es culpable, según la Justicia, de un grave delito. De poco sirve que los sanchistas digan que es inocente.

Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)