Insensateces
Catetos
Total, que hoy, a eso de las once, servidora sacará a su perrete de casa y se lo llevará lo más lejos posible
Los catetos que vivimos en la zona de Madrid Río creemos que, tal y como nos dicen los alcaldes de Madrid y Valencia, es que nos falta una patata pal kilo. Según el diccionario, en su acepción despectiva y coloquial, somos pueblerinos y palurdos. Eso lo dicen dos personas que, por una apuesta personal sobre sus resultados electorales, decidieron que iban a montar una mascletá en Madrid porque sí, porque se les puso gorda la vena del cuello y se echaron unas risas.
Había un montón de sitios donde ubicarla: un descampado, en Fitur (en el pabellón de Valencia o alrededores), o en alguna zona en los límites de la capital donde se molestara lo menos posible a la gente. Pues no. A los catetos de la zona de Madrid Río les va a corresponder ese honor. Hablando estos días con los catetos de los barrios, no he encontrado nada más que a un chico de veinte años encantado con la idea. Unos petardos, me dijo. Eso seguro que es por el Entierro de la Sardina, añadió. Otros muchos nos vamos a ir de casa esta mañana. Por qué. Porque somos catetos. Porque ya conocemos a nuestros perros en estas situaciones y sabemos que no nos gusta verlos sufrir con un castillo de fuegos artificiales, así que no queremos imaginarnos lo que una mascletá puede causarles.
Es verdad que, a los catetos, nos ha venido Dios a ver con la intervención de Toni Cantó, la gata Flora, que nos ha dicho que los animales y las personas están preparadas para el estrés que ello supone. Lo que es cierto, lo único cierto, es que me causa Toni Cantó todo el estrés posible. Total, que hoy, a eso de las once, servidora sacará a su perrete de casa y se lo llevará lo más lejos posible. Llámenme exagerada, llámenme cateta. Dos alcaldes del mismo partido, por un «a que no hay huevos», van a montar esta mañana un espectáculo en una zona renaturalizada, recuperada, verde, llena de perros, con una residencia geriátrica, que es justo lo contrario de lo que todas esas razones necesitan. Y, para colmo, lo están vendiendo como que, si estás es contra, lo estás de Valencia. A ver si los valencianos saben distinguir, les pido ese favor.
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