Campaña electoral

Arturo Ui

La Razón
La RazónLa Razón

«La resistible ascensión de Arturo Ui», del dramaturgo alemán Berltot Brecht, escrita en 1941 al comienzo de su exilio, se representó por primera vez en España en 1975, en el madrileño Teatro Lara, creo que a instancias del gran actor José Luis Gómez. Posteriormente se subió a las tablas otro montaje pero la obra es desconocida por los españoles excepto por contados «brechtianos». Arturo Ui es un jefe pandillero de Chicago que impone con violencia y demagogia un monopolio sobre la coliflor, metáfora entendible de Adolfo Hitler, su cuadrilla y la verdulera ideología nacional-socialista. Tras el teatrero golpe de la cervecería en Múnich, Hitler se plegó a la democracia y en tres elecciones consecutivas alcanzó la Cancillería de la República de Weimar para destruirla a la muerte de Hindenburg. El voto individual es secreto y en conciencia pero los resultados de los comicios son públicos y objetables, y Brecht, un comunista sin partido, establece las responsabilidades morales de quienes no supieron resistir lo resistible. Con menos visión de algunas televisoras y más lectura de periódicos se puede lograr un voto informado con los sucesos de Venezuela, Grecia o Portugal. El frente popular de los comunistas con careta, como Pablo Iglesias, y los ortodoxos como su viejo amigo y escudero, Alberto Garzón, llega con manual económico de parvulario, 96.000 millones de euros obtenidos con ingeniería financiera de mago de Oz, desdén europeo, disgregación territorial y, paradójicamente, más estatismo y menos libertades individuales y colectivas. También esa influyente dama catalana que propone la tribu frente a la familia se alimenta al tiempo del comunismo y el anarquismo, tremenda antítesis conceptual. El voto que viene es inescrutable y cabe que Pablo Iglesias entierre a Pablo Iglesias cerrando un círculo de tiza caucasiano (otra vez Brecht) reduciendo el PSOE a reliquia política de cartoné. La catástrofe augurada por Felipe González lo será para todos y primero para la socialdemocracia que debería ser la más interesada en resistir a los irresistibles. Pedro Sánchez repite propuesta de buenas intenciones mientras abre la puerta a las huestes de Arturo Ui en municipios, autonomías o emblemas como Madrid y Barcelona. Sánchez parece no ver más allá del sectario arrojo a los infiernos del PP, nido de corruptos, sicarios y otros enemigos del ser humano. El ahorro en gastos electorales debería invertirse en representar en todos los teatros posibles «La resistible ascensión de Arturo Ui» como pedagogía para votantes que no se resisten a ser estafados.