Bien lo merece

Hoy quiero aprovechar el espacio que me brinda esta columna para escribir una carta de admiración y apoyo a una persona muy especial y querida, tanto por españoles como por extranjeros, entre los que me incluyo de forma enérgica, que ahora más que nunca, bien merece todo nuestro cariño y respaldo. Alguien que, desde un segundo plano debido a su discrección, ha luchado siempre por el bien de España. Alguien que destaca por su sencillez, elegancia y dulzura. Una mujer que sobresale de forma indiscutible, especialmente por su amor hacia el bienestar, la unidad, el buen hacer, la excelencia... y lo ha demostrado con un constante fomento de la concordia, la convivencia y el impulso de valores democráticos. Preocupada por la prosperidad y las cuestiones sociales, participa en actividades relacionadas con la investigación científica y la promoción de iniciativas y acuerdos de cooperación en materias tan vitales como son la inmigración, la educación, la acción social y el medio ambiente. En múltiples ocasiones hemos podido apreciar también su gran sensibilidad hacia las personas que luchan contra la drogadicción y con quienes tienen alguna discapacidad. Precisamente fue en unas Paralimpiadas donde tuve la suerte de conocerla. Cómo olvidar aquellos maravillosos Juegos de Barcelona 92, cuando alguien por detrás llamó mi atención con un suave golpecito en el hombro para después preguntar: «¿Dónde está la niña más valiente de España?». Cuando me di la vuelta, pude comprobar que quien me hablaba con tanta naturalidad era, ni más ni menos, la Reina de España , Doña Sofía. Gracias, Su Majestad, por tanto compromiso y solidaridad.