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Iñaki Zaragüeta
Es el PSOE que dejan
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¡Vaya PSOE que ha dejado Rubalcaba! Fue la expresión que ayer plasmó mi amigo Rogelio al contemplar la batalla por la Secretaría General entre Pedro Sánchez y Eduardo Madina. El primero propone una reforma de la Constitución para que Cataluña tenga un «trato fiscal especial y sea reconocida como nación». El segundo se muestra partidario de cambiar la Ley para que el referéndum sea legal. Los dos a favor de la distorsión territorial española. No han explicado qué harían con el resultado del plebiscito. Sánchez ha cogido la delantera y, de mantenerse firme en los propósitos, puede conducir a su partido al abismo, a un partido regionalista andaluz, como escuché a un comentarista con chispa. En Cataluña y el País Vasco tiende a la desaparición –para votar a una copia del nacionalismo, votan al original– y en el resto de España tendrá muy difícil explicar su asentimiento a los sueños de Artur Mas y Oriol Junqueras.
Es el PSOE de Rubalcaba, el que cosechó los peores resultados electorales. Hizo un servicio de Estado en el mecanismo de la abdicación de Juan Carlos I. Pero en las postrimerías de su vida pública. Antes, había elaborado la Logse, o el fracaso escolar en España, deambuló en el filo de la navaja con el GAL, se manchó o, al menos, se salpicó cocinando el Faisán, se le atribuyó el conocido como el «comando mediático Rubalcaba» en el 11-M y fue partícipe estrecho en la deriva de Zapatero conduciendo a España y al PSOE hacia el desastre. Mi amigo, al contemplar los aplausos del PP en el Congreso, se preguntaba ¿serán de cortesía o de agradecimiento por su aportación a que los populares vivieran mejor? Así es la vida.
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