Ely del Valle

Guerra y paz

El PP tiene a alguno de sus barones como militantes del 15-M: indignados y en pie de guerra. Mala cosa. Habrá quien diga que en el PSOE tampoco reina el espíritu fraternal de los «boy scouts», pero no es lo mismo. Los socialistas arrastran la cruz de una derrota sin precedentes; los populares, sin embargo, han conseguido hacerse con una mayoría absoluta muy holgada, y en esas circunstancias, lo habitual es la piña sin paliativos.

Como con casi todo lo malo que ocurre últimamente en este país, la culpa de la trifulca interna la tiene el maldito parné y el reparto que de él quiere hacer Montoro, que anda componiendo unos lotes con la escasa herencia recibida que no convencen a todos. Cunde la sensación de que los hijos baranda se van a quedar con la cubertería de plata mientras que los aplicados que hacen los deberes tendrán que conformarse con el orinal de la abuela. Rajoy, que sabe que una cosa es no contar con el beneplácito de quienes esperan al pie de la cucaña a que te des el batacazo padre, y otra muy distinta que los subalternos que te tienen que hacer el quite se pongan de parte del toro, convocó ayer una reunión para limar asperezas que parece que ha dado buenos resultados... de momento. El anuncio de que la definición de los objetivos de déficit se llevará a cabo una vez que Bruselas hable, y a través del diálogo con todas las comunidades, suena a melodía de violines, o por lo menos a tiempo de tregua. Otra cosa es lo de que la financiación se regirá por criterios objetivos, que es ahí donde puede volver a surgir el conflicto. Y es que hay demasiadas veces en que la objetividad, como las leyes, no es sinónimo de justicia.