Julián Redondo

La brocha de Casillas

Los defensores de Diego López dicen que Casillas ha cometido en tres partidos más errores que él en toda la temporada. Los de Iker, que Diego ha salido a gol por encuentro. En medio de esta riña de gatos, el Madrid ata a Keylor Navas, uno de los guardametas que ha causado sensación en el Mundial y por quien el Atlético, que lo tuvo en su agenda, no echó el resto pese a costar 6 millones menos que Oblak, porque le faltan centímetros. El Madrid tiene tres cancerberos excelentes y no descarta a Kiko Casilla. Sobra uno... o los dos.

Diego López no quiere moverse, ni lo piensa; frente a la competencia, se siente seguro por su físico, su ilusión, su talla y su entrega total en los entrenamientos. No escucha cantos de sirena y no ha recibido oferta alguna del Nápoles, que, por cierto, no vende a Callejón, supuesto objetivo del Atlético. Keylor es la novedad, su cartel es fantástico y luchará por ganarse el puesto. ¿Y Casillas? Podría quedarse colgado de la brocha. Antes del fichaje iba a esperar, cuentan, al 12 de agosto, final de la Supercopa en Cardiff, para decidir su futuro. Si Ancelotti le alineaba, seguía; si le dejaba en el banquillo, tormenta. Pero buscar una salida cuando en el Madrid tiene contrato en vigor y no hay ofertas concretas por llevárselo es complicado. Su situación es delicada, incómoda en la portería, pero también está en sus manos revertirla. Como en el caso de Messi, no puede ser que su carrera se haya terminado prematuramente.

El que avanza de euro en euro y cambia porque le toca es Filipe Luis. Ha traicionado al Atlético, que le daba 3 millones netos anuales; menos que el Chelsea. «Su cara es tan buena como malas sus acciones», le critican. El chico engaña.