Sin Perdón

La debilidad parlamentaria del sanchismo

«No hay duda de que el resto de la legislatura será tan caliente como bronca»

Es más interesante informativamente la precariedad de este Gobierno que la llegada de uno nuevo con una mayoría parlamentaria sólida y cohesionada. En primer lugar, la mayoría del Congreso es de centro derecha mientras que Sánchez lidera un ejecutivo de izquierda radical que es más propio de Iberoamérica que de la Unión Europea. El carácter socialista comunista más los disparates pijoprogres del inquilino de La Moncloa explican que haya conseguido situarse en la marginalidad dentro de la política internacional. Su irrelevancia es tan patente que ni siquiera la prensa del régimen es capaz de trasladar lo contrario. Trump no ganaría un premio de popularidad entre los primeros ministros europeos, pero ninguno de ellos es tan torpe como para erigirse en el enemigo político número uno del líder de la primera potencia mundial. Es el papel que ha elegido voluntariamente Sánchez dentro de su estrategia de frentismo para conseguir algún rédito electoral. No hay que olvidar que se considera el más listo de todos ellos, aunque nunca he entendido en qué se basa esa pretendida superioridad. Es cierto que algún beneficio obtendrá en su papel servil con la dictadura china. A pesar de esa mayoría de centro derecha, cuenta con una artificial en la mesa del Congreso que permite que «cariño» Armengol y sus colaboradores intenten hacer algo más plácida la atropellada vida parlamentaria de su jefe y sus ministros. Esta legislatura ha demostrado la utilidad del Senado en su función de control del Gobierno. En el único ámbito en el que tiene una mayoría contundente está en los medios de comunicación, ya que dispone de una chequera lo suficientemente abultada para conseguir que los antisachistas de antaño sean ahora sus más fieles defensores. Y cuenta con TeleSánchez para amplificar sus mensajes. No hay duda de que el resto de la legislatura será tan caliente como bronca. Los incendios han sido un trágico aperitivo veraniego, porque ahora llegan los problemas judiciales que afectan a la familia presidencial, su Gobierno y su partido. Es algo de lo que no se puede desembarazar a pesar de los denodados esfuerzos de la izquierda política y mediática descalificando a los jueces. En este escenario, Junts y Podemos serán claves, aunque serían muy torpes si ofrecen oxígeno a un Gobierno asfixiado por la corrupción.

Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)