María José Navarro

La mamma

La Razón
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Amigas, amigos, hoy es el Día de la Madre, y nos hemos acordado porque la Once hace un sorteo especial y porque al Corte Inglés a pertinaz no le gana ni la sequía. Y además hacen unas campañas muy chulas que nos gustan hasta a las que somos amas secas. Hoy es el Día de la Madre y es un día cojonudo, donde los restaurantes se llenan de comidas familiares, donde vemos a abuelas agasajadas, de esas abuelas que van a la peluquería para estar hoy hechas un pincel, con sus reflejos morados y su brochecito en la solapa. Hoy hay que estirarse, un regalo, un regalazo, un regalito o al menos un par de ósculos con ganas en los mofletes. Hoy yo le mandaré un mensaje a mi madre. «Felicidades mamá, te quiero mucho». Ella puede que me mande el emoticono de una oveja, como sucedió el otro día. ¿Y esa oveja?, le pregunté. «Yo no la he puesto», me dijo. «A algo le habrás dado», le contesté. «Tenía el móvil en el bolsillo», me respondió. «Pues habrá sido el bolsillo», le espeté. «Será». Y con eso cortó la conversación y adiós muy buenas. Así que cuando hoy yo le mande un «Felicidades mamá, te quiero mucho», ella hará el ademán de ir a misa, no irá, se sacará a tomar el aperitivo, montará una timba de bingo en su casa, contestará con suerte un «gracias» y aceptará un regalo en forma de cheque al portador. Una vez la llamaron desde un programa de radio para preguntarle por las virtudes de servidora. «Señora, dígame, dígame, ¿qué es lo mejor que ve Vd en su hija?». De pronto, se hizo un silencio. Una pausa tan larga que aquello se hacía interminable. Carraspeó de pronto el locutor, se escuchó a lo lejos un suspiro de mi madre. El locutor insistió. «Señora, estamos esperando a que nos diga cuáles son las virtudes de su hija. Imaginamos que son tantas que tiene Vd que pensarse cuál de todas resaltaría y de ahí que estemos a la espera, ¿no es así?». Otro silencio. Hasta que por fin dijo mi madre «bueno, le gustan mucho los perros». Feliz día, madre. Te quiero.