
Julián Redondo
Maravilloso fútbol
La venganza es un plato que se sirve frío, pero no en fútbol. Arde el Atlético en deseos de devolver al Real Madrid en Liga de Campeones la frustración que supuso para sus seguidores el gol de Sergio Ramos en la final de Lisboa, y los tres de la prórroga que valieron la «Décima». Y no son menos las ganas que tienen los madridistas de colocar al vecino en su sitio después de seis planchazos en la presente temporada. Cualquiera de los dos equipos tiene justificada el ansia de revancha y la «Champions League» acude en auxilio de las emociones. De lo que suceda entre ambos en la segunda quincena de abril dependerá sobre todo el futuro de Carlo Ancelotti, a quien Simeone ha tomado la medida. Por las razones que fueran, Florentino Pérez no le garantizó la continuidad cuando acabe el curso, aunque tiene firmado otro año de contrato, y seguro que el octavo traspié frente al eterno rival complicaría mucho la presencia del técnico italiano en el banquillo madridista después del 30 de junio. Con el Cholo es diferente porque está a punto de rubricar el contrato más largo de un entrenador en el fútbol español. Su puesto en el banquillo rojiblanco no pende de un hilo y su profesionalidad no está en entredicho. Otra cosa es que culmine en el año 2020 la «apuesta Ferguson».
Pero antes de todo eso, la cita es mañana el enésimo clásico, esta vez en el Camp Nou. Son varios partidos en uno, el de los equipos, el de Messi y Cristiano, el de Bartomeu y Florentino y, cómo no, el del liderazgo. Cualquiera que sea el resultado para la Liga no será definitivo para la consecución del título. La sombra del Málaga es alargada, como puede serlo la del Atlético o la del Athletic Club. Conclusión: el fútbol es maravilloso.
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