Julián Redondo

Messi, carne y «pescao»

Quienes vieron jugar a Di Stéfano no le discuten. Con Pelé sucede otro tanto. Hasta la aparición de Cruyff el debate sobre el mejor futbolista de la historia lo absorbían «La Saeta» y «O Rei». Los holandeses, los azulgrana y múltiples admiradores más incluyeron al «Flaco» en la controversia. La irrupción de Maradona tuvo el efecto de un terremoto en el imaginario balompédico porque con idéntico interés se seguían por televisión sus hazañas sobre la hierba como sus escándalos lejos de ella. Lo que nunca se discutió fue el valor del «Pelusa». Según se ampliaba el abanico, hubo quien recordó que otros como Garrincha, Amancio, Kubala o Gento también deberían ocupar un lugar en ese Olimpo; mas, si fuera así, dejaría de ser exclusivo. Surgen dudas con la incorporación de Zidane; menos, con Messi y Cristiano. Florentino Pérez no las tiene: «Es el heredero de Di Stéfano», para él siempre el número uno. Y el astro no oculta sus deseos: «Ser el mejor de siempre».

Los números hablan. Cristiano fulmina récords a velocidad supersónica y se acerca a los de Messi ahora que éste fluctúa entre la carne (el goleador) y el «pescao» (el pasador). Ronaldo ha recibido su tercera Bota de Oro y, al paso que va, los de «Marca» le entregarán la cuarta en 2015 por estas fechas, cuando el portugués vuelva a ser candidato al Balón de Oro –el cuarto, si gana el de este año y el próximo–, porque en 2015 el papel de las selecciones será irrelevante.

Cristiano ha perfilado sus objetivos y ha establecido su demarcación, lo cual facilita su avance. Messi se ha retrasado, ocupa el lugar del «10» de toda la vida, y sin embargo hizo los dos goles del Barça. Leo organiza, pasa y remata, es carne, «pescao» y mediopensionista; todo lo contrario que Luis Suárez, ausente y desconectado: tres partidos, cero goles, una victoria.