La situación

Los consejos que nos vendieron

«La decadencia puede ser lenta pero resulta inexorable»

El alcaraván es un ave zancuda, de patas largas y algo torpe, así en sus movimientos como en su discernimiento. Ocurre que el alcaraván tiene las pocas luces de mantenerse inmóvil e incapaz de reaccionar cuando está en peligro porque se acerca un predador. Sin embargo, mientras se instala en esa suicida quietud, sí lanza gritos agudos para advertir a las demás aves de que se aproxima un enemigo con malas intenciones. Así, según relata el Instituto Cervantes, la torpeza del alcaraván inspiró un viejo refrán español: consejos vendo y para mí no tengo.

Sin embargo, el significado del refrán ha evolucionado con el tiempo, y cuando ahora se utiliza es para señalar a aquel espabilado (nada torpe, al contrario que el alcaraván) que dice a los demás lo que tienen que hacer, lo que deben pensar y cómo han de comportarse, cuando tal espabilado no sigue sus propios consejos ni de pensamiento ni de obra ni de omisión.

El líder político que alcanzó el poder en una moción de censura para derrocar a un gobierno carcomido por la corrupción empieza, seis años después, a notar los devastadores efectos de la carcoma. Y quienes enarbolaron la bandera de la «nueva política» y el feminismo, tratan ahora de no ser destruidos por el lenguaje que les ayudó, precisamente, a destruir a los demás.

La coalición de gobierno tiene al PSOE y a Sumar enmarañados en sus propias contradicciones, que ya parecen insalvables. Es altamente probable que, aun así, se sostengan en el poder, porque los partidos satélites que actúan como sostén parlamentario encuentran fabulosas ventajas en apalancar al gobierno, como quien mantiene en pie a un boxeador noqueado, que no sabe ni dónde está.

Los creadores del «solo sí es sí» intentan ahora sobrevivir al comportamiento machista de uno de sus principales propagandistas. Y los artífices del «gobierno más limpio de la historia» ya no saben dónde encontrar argumentos creíbles que pongan freno al deterioro provocado por el caso Koldo, las actividades privadas de la esposa del presidente o la visita de Delcy Rodríguez. La decadencia puede ser lenta pero resulta inexorable.