Tribuna

Otros veraneos (X). Lest’

Dejo al contingente más numeroso nuestro en el exterior, al que visitó nuestro Rey en junio, rodeado de prestigio, orgulloso de su contribución a la defensa colectiva de Occidente

Contacto por planificación de esta serie con contingentes españoles desplegados en Eslovaquia, la mayoría de ellos de la Brigada Galicia, cuando pienso que su corazón esta más cerca de su tierra abrasada por incendios forestales que preocupado hoy por el flanco este de la OTAN. Forman parte de uno de los potentes ocho grupos tácticos desplegados en las fronteras con Rusia o Ucrania. Piensan en el duro veraneo de sus compañeros de la UME y en el de tantos miembros de las brigadas de Bomberos Forestales y de Protección Civil, que luchan sin descanso contra estos incendios. En este sentido, a pesar de su separación familiar de seis meses, se consideran afortunados.

Eslovaquia con 5,5 millones de habitantes, no tiene frontera con Rusia aunque sí con Ucrania. A tres horas y media de Bratislava la capital del país, se encuentra el campo de maniobras de Lest’ de 145 kilómetros cuadrados donde se ubican, próximo a la ciudad del mismo nombre de 40.000 habitantes.

Con unas fuerzas armadas de solo 14.000 efectivos, «necesitan el paraguas de la defensa compartida», me escribe el Coronel Ángel José Espiga, (seis misiones de este tipo en su hoja de servicios) que manda la agrupación, que a su vez depende del general Pardo de Santayana jefe de la Brigada Multinacional que integra fuerzas de Eslovenia, Chequia y Eslovaquia, Portugal y España como nación marco, que aporta 800 efectivos (10% mujeres) de un total de 1.200 concentrados ahora, que en diez días podrían potenciarse a 2.800, de ellos 2.100 nuestros.

El esfuerzo corresponde a la Brigada Galicia -BRILAT- y a su jefe, el general Pardo de Santayana con su doble mando en Pontevedra y Lest’, proyectando dos rotaciones de su unidad en este mismo año. Su figura es clave -me señala Espiga- no solo por las relaciones con el país anfitrión y con los que aportan contingentes, sino por haber conseguido la certificación operativa de la Brigada, superando en ejercicios realizados sobre el terreno el pasado junio el 94% de los 580 criterios de capacidades operativas exigidos por la Alianza.

Pero aun siendo este contingente el más numeroso que tiene España en el exterior, no son los únicos en Eslovaquia. En la base aérea de Malacky, en Kuchyña, despliegan otros 72 (7 de ellos mujeres) elemento avanzado del Cuartel General Terrestre de la OTAN ubicado en Bétera, que en caso de conflicto sería capaz de conducir 60.000 efectivos. Aquí me responde el también coronel Juan Puime que explica las funciones del Cuartel General y refiere una mejora sustancial de las instalaciones, con nuevos contenedores de trabajo y descanso y muy especialmente el hangar para la Unidad de Helicópteros española (UHEL) destacada en la zona.

Como siempre interrogo sobre condiciones de vida. Resaltan el buen apoyo Eslovaquia, país que conserva huellas energéticas industriales y culturales de la URSS, incluso ciertas nostalgias por parte de la población mayor, pero que en el terreno político, militar y estratégico y especialmente entre las generaciones jóvenes la ruptura es casi total, firmemente integrados en la UE y en la OTAN. Siguen celebrando conmemoraciones centradas principalmente en el final de la Segunda Guerra Mundial. Coincidiendo con mi primer contacto con ellos un festivo 15 de agosto, pregunto si coincidimos. «No. Ellos lo celebran el 15 de septiembre bajo la advocación de Nuestra Señora de los Siete Dolores patrona del país». «Sin llegar al nivel de Polonia, la religión es un factor importante en la sociedad eslovaca, que años de comunismo no consiguieron suprimir». «El caso es que para las fuerzas españolas la religión común facilita las relaciones».

Buena armonía con la República Checa de la que se separaron pacíficamente en 1993, caído el Muro de Berlín y el Telón de Acero. La comparan con las mismas buenas relaciones existentes entre Portugal y España, reforzadas con un idioma similar.

Comunicaciones con las familias buenas, aun sin zonas de cobertura en el campo de maniobras. En seis meses cinco días de permiso en zona, además de salidas sábados por la tarde y domingos, generalmente aprovechadas para visitar Bratislava (1), cenar o comer en las pequeñas poblaciones próximas (Vel´ky, Krtis, Senorad, Krupina) o hacer senderismo o barranquismo. Buena comida internacional servida por un catering del país con horarios mas extraños, especialmente para un contingente gallego: almuerzo 12:30 y cenas a las 18. Alcohol en la semana: 0.0

Sin olvidar el esfuerzo de tantos españoles en su lucha contra un criminal fuego, valorando especialmente la aportación de Eslovaquia a este esfuerzo, dejo al contingente más numeroso nuestro en el exterior, al que visitó nuestro Rey en junio, rodeado de prestigio, orgulloso de su contribución a la defensa colectiva de Occidente. ¡Gracias!

(1) Conexiones directas con Menorca desde donde escribo.