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Al portador

Las cuentas y cuentos de la vice Montero

«Los ingresos del Estado crecen como nunca, pero Sánchez, en lugar de ahorrar y reducir deuda, prefiere gastar y gastar»

Tim Marshall escribe que «el futuro es una nueva versión del pasado» al principio del prefacio de la nueva edición –revisada y actualizada– de su deslumbrante «Prisioneros de la geografía», publicada por Península. Es una lectura imprescindible para entender el mundo actual, que incluye una síntesis luminosa sobre España. Las peripecias de Santos Cerdán acaparan la atención y ocultan casi todo lo demás, incluidos los números –sería mucho tildarlos de cuentas– presentados por María Jesús Montero, como entremés de unos Presupuestos que, por ahora, ni están ni se esperan. La «vice» asegura que los llevará al Congreso en el primer trimestre del año, aunque antes le tumben las cifras que acaba de alumbrar. Son el primer acto de la campaña de unas elecciones que solo Sánchez sabe cuándo se celebrarán. El presidente, por si acaso, se ha apresurado a presumir del aumento espectacular del gasto. «Gobernar es gastar», tituló el catedrático Juan Manuel Carretero Zamora su estudio académico sobre el reinado de Carlos I (1500-1558) y cómo generó tanta deuda que condujo a quiebras repetidas del Tesoro español. María Jesús Montero presume, con razón, de un aumento nunca visto de los ingresos públicos. La recaudación por IRPF e IVA está disparada. Son tiempos de vacas gordas para Hacienda, pero el Gobierno renuncia de forma expresa al ahorro, para prevenir tiempos futuros más difíciles, que llegarán, o para reducir una de las mayores deudas públicas del mundo. Baja algo en porcentaje, pero no en valor absoluto. La reducción porcentual es un efecto estadístico derivado del mayor crecimiento. Montero, en su triunfalismo, elude recordar que en 2026 vencen casi 300.000 millones de deuda pública que habrá que renovar con nuevo endeudamiento. Celebra que el techo de gasto llegue a los 212.000 millones, un 8,5%, sin indicar que el gasto total de las Administraciones Públicas superará los 750.000 millones. No hay secreto: la primera cifra no incluye, por ejemplo, las pensiones. El Gobierno, para que cuadren los números rojos de la Seguridad Social, prevé aportar 20.000 millones en 2026, pero en 2025, solo hasta agosto, ha apoquinado 36.562 millones. Algo chirría. Cuentas y cuentos de la vice Montero, «una nueva versión del pasado», diría Tim Marshall.