
Sin Perdón
El declive de un presidente del Gobierno
«A la izquierda le urgía que Sánchez llegara al poder y lograr pingües beneficios»
La desesperación de la izquierda mediática e incluso el servilismo de algunos, desgraciadamente, confirma el irreversible declive del sanchismo. Esto no significa que Sánchez vaya a tener un gesto de dignidad y decida buscar un relevo pensando en los intereses de su partido. Es lo que hizo Adolfo Suárez cuando renunció para ceder el paso a Leopoldo Calvo-Sotelo, pensando que con lo que quedaba de legislatura se podría revertir la situación. No fue posible y UCD implosionó, además, antes de la cita en las urnas. Era un proyecto agotado que cosechó una derrota histórica. González perdió las elecciones de 1996 y no se le ocurrió forzar un acuerdo disparatado como el organizado por Sánchez, poniendo a la venta el Estado de Derecho. Aznar cumplió el compromiso de dos mandatos, pero el brutal atentado del 11-M cambió la historia de España, que era uno de sus objetivos, y su candidato Rajoy perdió las elecciones. El caso de Zapatero es distinto, porque la situación económica era tan desastrosa que no pudo optar a un tercer mandato y Rubalcaba cosechó un resultado catastrófico.
Rajoy heredó un escenario apocalíptico en el terreno económico que nos conducía a un rescate. Una moción de censura basada en una sentencia manipulada puso fin a su presidencia. Por tanto, todos los presidentes del Gobierno han tenido un mal final, aunque ahora se recuerde y valore a Adolfo Suárez, ya que fue un auténtico estadista y una excelente persona. El escenario para Sánchez, a pesar del grupo de hooligans que le rodea y el impresionante apoyo mediático que tiene a su favor, es demoledor. Es cierto que transita feliz de palacio en palacio sumido en una vida principesca, pero esto no significa que los problemas desparezcan por arte de magia. No creo que tenga la lámpara de Aladino. El PP ha anunciado una ofensiva por la corrupción, los escándalos y los procesos judiciales que afectan a su familia, su partido y su Gobierno. Por mucho menos, Sánchez y sus aliados fueron implacables contra Rajoy hasta el punto de desalojarlo del Gobierno. En aquella época, la izquierda mediática no hablaba de la cosificación del líder del PP, sino que exigía responsabilidades in vigilando y pedía su dimisión. Le urgía que Sánchez llegara al poder y lograr pingües beneficios.
Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)
✕
Accede a tu cuenta para comentar