La situación
Dedos cruzados ante el 5 de noviembre
«Occidente suspira por una victoria de Harris. Putin apostaría el dinero de sus oligarcas a una victoria de Trump»
En apenas dos semanas, el mundo asistirá al segundo advenimiento de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, o a la llegada a la Casa Blanca de una mujer, por primera vez en la historia.
Los sondeos sirven de poco ante la evidencia de que la mayoría sitúa a ambos candidatos en cabeza, dentro del margen de error, en la mayor parte de los estados decisivos. De hecho, las encuestas no fueron capaces de acercarse lo suficiente al resultado final ni en las elecciones de 2020, con victoria del demócrata Joe Biden, ni en las de 2016, con el éxito inesperado de Trump.
El líder republicano mantiene su campaña de estilo dominguero, en la que cuesta encontrar un discurso en el que utilice algún argumento razonable y no lance un surtido de mentiras. Es de un carácter tan adocenado que se cree con el derecho a decir que el asalto golpista al Capitolio, el 6 de enero de 2021, fue un «día de amor», después de insistir en que los inmigrantes haitianos «se comen a los perros y los gatos» de sus vecinos. Muestra, orgulloso, su desprecio hacia los ucranianos, a los que pretende exigir la rendición para acabar con la guerra. Y promete deportaciones masivas de inmigrantes, como ya hizo en la campaña de 2016, sin que luego fuera capaz de ejecutarlas cuando gobernó.
La candidata demócrata, más fina que su contrincante –cualquiera lo es–, se muestra, sin embargo, incapaz de mantener vivo el entusiasmo que generó su nominación, cuando Joe Biden anunció su retirada. Y llega a este final de campaña con sensación de desfondamiento. Esquiva las preguntas complejas sobre inmigración para centrarse en asuntos que le son más propios, como el aborto, pero que difícilmente le harán ganar más apoyos de los que ya pueda tener.
La tensión, que es mucha, se incrementará en los días que faltan hasta el 5 de noviembre. Y el mundo cruza los dedos ante lo que pueda pasar. Occidente suspira por una victoria de Harris. Putin apostaría el dinero de sus oligarcas a una victoria de Trump. Pero votan los americanos.
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