Bruselas

Una reforma fiscal para todos

El Consejo de Ministros aprobó ayer la nueva reforma fiscal, uno de los compromisos centrales del Gobierno en esta legislatura, marcada por la crisis y la recuperación económica. Se compone de una rebaja sustancial del IRPF, el impuesto que más ingresos genera al Estado (el 41,4 % en 2013), por un lado, y de un mantenimiento sin cambios significativos del IVA, el segundo tributo que más recauda (30,7 % en 2013). Esta reforma reducirá en cerca de 7.500 millones de euros la aportación tributaria de ciudadanos y empresas. Según la definió la vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, se trata de una reforma fiscal «estructural» con la intención de «compensar los sacrificios» hechos por los ciudadanos en los años de crisis y dinamizar el crecimiento y la creación de empleo. Las medidas, que entrarán en vigor el 1 de enero de 2015, contemplan una rebaja fiscal «para todos», ya que afectan de manera especial al Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF), que se rebajará una media del 12,5%. Por otro lado, para las rentas inferiores a 24.000 euros, que son el 72% del total de los contribuyentes españoles, desciende una media de 23,5%. La tarifa general del IRPF se reduce de siete a cinco tramos y rebaja tipos, lo que favorecerá al contribuyente que haya tenido mayores ingresos por su trabajo al simplificar la base imponible y, por lo tanto, pagar menos impuestos. El IVA no subirá con carácter general, sólo para determinados productos sanitarios que pasarán del tipo reducido del 10% al general del 21%, en cumplimiento de una sentencia del Tribunal Europeo. Queda claro que el objetivo primordial de la reforma es la creación de empleo, por lo que es necesario reducir las cargas que lo traban, pero también la reactivación del consumo, ya que con estas medidas aumentará la renta disponible para los ciudadanos. Los cálculos del Gobierno son que tendrá un efecto positivo sobre el PIB y que es compatible con la reducción del déficit público y los objetivos del plan de estabilización. Por otra parte, esta reforma se adecua a las recomendaciones económicas de Bruselas de situar el déficit por debajo del 3% en 2016. La carga fiscal en España estaba en 2012 por debajo de las otras grandes economías europeas. En España, el 53% de los ingresos por impuestos recaudados en 2012 proceden del trabajo, mientras que el 26,5% lo hace del consumo y el 22,9%, del capital, de ahí que la UE haya recomendado corregir esta tendencia para que no recaiga totalmente sobre el IRPF. Las perspectivas de crecimiento para nuestro país, avaladas por los organismos internacionales, permiten llevar a cabo una reforma que favorezca el ahorro y libere en algo a las clases medias de una presión fiscal asfixiante. Criticar de electoralista estas medidas, como algunos hacen, es no querer ver su carácter estructural.