Apuntes
Esos campesinos, tan brutos
«Cualquier urbanita puede hacerse agricultor ecológico si dispone de 300.000 euros para la maquinaria básica»
Facilito, como mucho gusto, algunos precios de maquinaria agrícola, de segunda mano, para conocimiento de esos políticos de izquierdas, muy ecologistas y siempre en primera línea para la salvación del planeta, que, en el fondo de su ser, creen que los campesinos son unos brutos ignorantes, que matan con sus fertilizantes y sus pesticidas lo que antes fue prístina naturaleza. Señalo los materiales básicos, por si algún urbanita quiere emprender en el campo, por ejemplo, plantando maíz «bio», naturalmente, de semillas no modificadas genéticamente y (los agricultores entenderán la broma) riego por goteo. Primero, un tractor John Deere, modelo T25OR, 5601, del año 2014, con 250 cv de potencia, radar de doble haz, pantalla táctil color de 10 pulgadas, freno de remolque aire/hidráulico, por 97.500 euros. Neumático agrícola Noman500/88r38, por 8.000 euros. Cosechadora John Deere, T5601, Hill master, del año 2018, con 2.961 horas de trilla, seis sacudidores y desmenuzadora de paja, por 153.000 euros. Remolque de cereales Compa 17, de 2005 y 17 tn de carga, por 11.000 euros. Finalmente, sembradora Solá neumática de 5 metros, con plegado hidráulico, ordenador a bordo con corte de tramos y turbina reparada, por solo 10.000 euros. Precios medios, por supuesto, y de materiales usados. Total 303.500 euros, y hablamos de lo básico. Con eso te compras un chalé en la sierra guapo, guapo, y te dedicas al «the countryside», viendo currar a los labriegos y denostando el olor a gasoil que sueltan las máquinas. Eso sí, después de haber comprado en el súper unos tomates que, oh sorpresa, ahora también crecen en invierno. Otro día, que no me apetece mirarlo, les traigo los precios de los abonos, insecticidas, piensos para el ganado, luz, agua, mantenimiento de almacenes, seguros agrarios, visitas del veterinario, papeleo para pasar las inspecciones fitosanitarias autonómicas, nacionales y europeas, gestiones del cobro de la PAC, intereses bancarios, mano de obra e impuestos locales, autonómicos y estatales. Más fácil, claro, si tienen un conocido que se dedique a la agricultura. Uno de esos empresarios a los que el Gobierno de la gente no les hace el menor caso, aunque colapsen las carreteras en invierno, que ya llegará la primavera y tendrán que ponerse a trabajar.
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