Eleuteria
Sí han subido los impuestos
Ha convertido la inflación en su mejor aliada para exprimir aún más a quienes asegura proteger
Durante la última sesión de control al Gobierno, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, proclamó con rotundidad que el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha bajado los impuestos a las clases medias y trabajadoras. La afirmación, repetida como mantra desde Moncloa, choca frontalmente con la realidad fiscal que padecen millones de contribuyentes en España. Lejos de haber reducido la presión tributaria, el Gobierno socialista ha perpetrado una subida generalizada del IRPF para todos los niveles salariales, incluidas las rentas medias y bajas.
Los datos son claros. Hoy todos los tramos de renta pagan un tipo efectivo medio en el IRPF mayor de que antes de que Sánchez llegara al poder. Por ejemplo, un salario con poder adquisitivo equivalente a 25.000 euros anuales soportaba en 2018 un tipo medio efectivo del 12%. En 2024, ese mismo salario paga más del 14%, lo que supone un incremento del IRPF cercano al 20% en la cuota del impuesto.
¿Y cómo se ha producido esta subida generalizada del IRPF sin una reforma explícita del impuesto? Mediante una argucia fiscal: no deflactarlo a la inflación. Los precios han subido un 20% desde 2018, de modo que una subida salarial del 20%, si bien no implica ganancia de poder adquisitivo, sí supone una carga fiscal mucho más onerosa dentro del IRPF por ser éste un tributo progresivo.
Es más, aun en el caso de que un contribuyente no haya visto aumentar su salario durante estos últimos años, la inflación acumulada del 20% equivale a una caída análoga de su salario real, y ese menor salario soporta hoy un tipo impositivo mayor en el IRPF que antes de que Pedro Sánchez llegara al poder.
Eso sí, el vicio de no deflactar el IRPF no es exclusivo de Sánchez: ni Rajoy ni Zapatero hicieron lo propio cuando gobernaron. Pero el actual Ejecutivo ha hecho bandera de la defensa de las clases medias y trabajadoras mientras las expolia con especial saña.
En definitiva, lejos de ser un alivio para los contribuyentes, el Gobierno de Pedro Sánchez ha sido un expoliador silencioso. Ha convertido la inflación en su mejor aliada para exprimir aún más a quienes asegura proteger. Un cinismo fiscal que, como tantos otros, pasará a engrosar el largo historial de mentiras del llamado «Gobierno de progreso».